Se estima que en Chile los trabajadores que realizan la actividad de buceo llegan a los 17.000, de los cuales a lo menos el 80% lo hace en las regiones del sur de nuestro país. De ellos 6.000 trabajan con alto grado de precariedad en la mega industria exportadora de salmones.
Puerto Montt, Chile, 31 de agosto del 2015. (Ecocéanos News). La precariedad laboral para los buzos que trabajan en la industria del salmón continúa. El 27 de agosto, en Puerto Montt se entregaron los primeros resultados del «Estudio Observacional de Buzos dedicados a la Acuicultura», estudio encargado por un período de vigilancia de 4 años por la Superintendencia de Seguridad Social, SUSESO, al Centro de Estudio Sistemas Sociales, CESSO. Se estima que en Chile los trabajadores que realizan la actividad de buceo llegan a los 17 mil, de los cuales a lo menos el 80% lo hace en las regiones sur austral de nuestro país, estimándose que cerca de 6 mil de ellos entregan servicios altamente desregulados a la industria exportadora de salmones y truchas.
El estudio abarcó 36 centros de cultivos, en las regiones de Los Lagos y Aysén, con una muestra de 193 buzos. De ellos, el 77% posee un contrato de servicio transitorio de buzo básico, con una edad promedio de 38 años, y una experiencia laboral de 12 años. El estudio pudo determinar que el 65% de los buzos realiza, además de su función principal,una serie de actividades conexas que no dicen relación con su especialidad, tales como aseo, carga de sacos de alimento, recolección de mortalidad, acarreo de agua, preparación de alimentos. Estas labores las estan realizando en sus horas de descanso, tramo de tiempo que debe ser asegurado solo para descansar debido al extenuante trabajo submarino.
Algunos de los problemas detectados por el estudio son los relacionado a los equipos inadecuados u obsoletos que utilizan -máscaras, trajes, abastecimiento de oxígeno-, y estos equipos carecen de estudios ergonométrico apropiados para cada talla. Los accidentes laborales más comunes que existen en las balsas jaulas de cultivo de salmón es el atrapamiento en las redes.
Sin embargo un riesgo mucho mas común es el que dice relación con la profundidad en la cual faenan, la que en muchos casos superan los 20 metros, sin que exista la descompresión gradual obligatoria, volviendo a bajar en ocasiones antes de las 12 horas de descanso después de cada jornada, tiempo mínimo que el organismo necesita para recuperar su estado fisiológico normal.
Otro aspecto a considerar en la actividad son los excesivos tiempos de traslado desde sus hogares a los centros de cultivo, los que habitualmente se encuentran ubicados en zonas muy alejadas o extremas. Así, el buzo trabajador pasa extensos períodos fuera de su núcleo familiar. Se pudo apreciar evidentes daños fisiológicos que afecta el aspecto cognitivo y la memoria de trabajo del profesional, el que de no mediar la implementación de una política de prevención y mitigación, se tornará en irreparable.
Interesante es señalar que en el período anterior de expansión salmonera en la región de Los Lagos, previa a la gran «crisis del virus ISA», el Centro Ecocéanos, trabajando con datos oficiales y de las organizaciones de trabajadores, y pudo determinar que la tasa de muerte de trabajadores del salmón entre febrero del 2005 y junio del 2006 alcanzaron a 18 trabajadores, de ellos 8 buzos, lo que significó la cifra récord mundial de 1 trabajador muerto por mes.
Con información de mundoacuicola.cl
Ver: http://www.archivochile.com/Chile_actual/12_emp_y_emp/chact_empyemp0044.pdf