Su presidente Marcelo Campos Larráin, que tiene una empresa de consultorías a salmoneras, se suma a campaña de presión empresarial para modificar “urgentemente” regulaciones de la industria. Antes, esta sociedad de especialistas lanzó un apoyo via Facebook a la Ley Longueira, pero luego de consultas nadie se hizo responsable de esa situación.
Santiago de Chile, 16 de Diciembre del 2015 (Ecocéanos News)– La Sociedad Chilena de Ciencias del Mar entró a la campaña mediática que impulsa la patronal SalmónChile con el fin de presionar al Estado para que modifique “urgentemente” las regulaciones sanitarias acuícolas, con el fin de disminuir los elevados costos operativos de la industria salmonera.
Marcelo Campos Larraín, presidente de la AChCM, sostuvo en aqua.cl que la estructura del sector acuícola manifiesta una gobernanza sobrerregulada, la que se suma a una aparente desconfianza del sector público en el productor privado.
“Después de la crisis del virus de la Anemia Infecciosa del Salmón (ISAv) se aprendió muy poco. Se sobrerreaccionó”. Para Campos,es “necesario modificar urgentemente” las regulaciones del sector, porque las medidas tomadas durante el ISA fueron establecidas en “tiempos de guerra”.
Campos vaticina que “Si no se toman acciones ahora, puede ponerse en riesgo el futuro de esta industria”.
El representante de los científicos y académicos de las Ciencias del Mar en Chile recuerda que el proceso de cultivar salmónidos en el país se inició en la década de los ’80 basado en una estructura normativa simple que se ha ido adaptando parcial y sucesivamente conforme a diversas crisis que se han generado, entre las que resaltan las relacionadas con causales sanitarias, ambientales, económicas y comerciales.
“La normativa se ha complejizado pensando particularmente en los salmónidos, siendo el gran error hacer prácticamente una sinonimia entre salmonicultura y acuicultura”, enfatiza.
El presidente de la SChCM indicó que el sector de acuicultura creció y se desarrolló, dictándose poco a poco diversas normas complementarias por parte de un número creciente de autoridades y nombró una serie de servicios y oficinas públicas que tienen poder de regulación y fiscalización sobre las salmoneras..
Campos Larraín es dueño mayoritario de la empresa consultora Acuasesorías Ltda., la cual brinda asesoría a la industria pesquera y acuícola. El especialista también es profesor en la Facultad de Ciencias del Mar y de Recursos Naturales de la Universidad de Valparaíso.
Campos indica que la excesiva carga regulatoria gubernamental, además de complejizar la operación de la actividad, ha generado una normativa que no diferencia especies, ambientes, ni ciclos productivos.
“La industria está soportando una significativa alza de los costos de producción debido en buena medida a la aplicación de dichas normas. Esto afecta a algunos rubros de cultivos más que a otros. Con todo, los incrementos son más representativos para los sectores menos rentables, como el cultivo de algas. No obstante, para todos los productores, la carga derivada del cumplimento de las diversas normas representa cada vez un ítem más importante de su estructura de costos”.
El especialista agrega que “esta situación nos lleva a pensar que el proceso de generación de regulaciones gubernamentales, que puede ser visto como un ‘ciclo de vida’, es una valiosa oportunidad para iniciar un proceso de reforma de la normativa sectorial, pues se están dando las primeras señales del fracaso regulatorio”.
Para el Centro Ecoceanos, las declaraciones del presidente de la Sociedad Chilena de Ciencias del Mar son impresentables. “La funcional declaración de la SChCM en apoyo a las acciones de presión política y mediática que la patronal SalmónChile viene ejerciendo sobre el Estado chileno, con el objetivo que se liberalicen las regulaciones sanitarias y ambientales que norman a estos contaminadores monocultivos industriales de exportación, es preocupante, ya que se están utilizando políticamente a organizaciones gremiales que se suponen independientes de los regulados del sistema pesquero-salmonicultor”, afirmó Ecoceanos.
La organización ciudadana agregó que “las declaraciones del presidente de la SChCM intentan confundir, evitando el tema de fondo. Para ello, quieren homologar una mega industria exportadora de gran impacto sanitario, ambiental y social, como lo es la salmonicultura, con las actividades de recolección de algas”.
No hay que olvidar que la industria de cultivo intensivo de salmónidos, representan mas del 95% del volúmen de las producciones de la acuicultura chilena, y tiene montada un sistema institucional y de lobby político que no posee ninguno de los otros sectores de la acuicultura en Chile.
Ecocéanos indicó que “la demanda de flexibilizar las regulaciones sanitarias y ambientales, tiene como objetivo disminuir los crecientes costos operativos de la industria salmonera, debido a sus deficientes estándares sanitarios, de manera de intentar recuperar su competitividad internacional, en base al traspaso de sus costos al medio ambiente acuático, a la salud pública y a los contribuyentes chilenos”.
La declaración de Campos Larraín, se suma a las recientes declaraciones de SalmónChile y de los dirigentes de los sindicatos salmoneros, quienes argumentan que la necesidad de liberalización de las regulaciones sanitarias tienen como objetivo evitar despidos masivos, y que se debe priorizar a esta industria por el nivel de ingresos que genera.
En esa dirección, el presidente de la SChCM afirma que es “fundamental revisar las consecuencias que esta sobrerregulación y la crisis que estamos comenzando a vivir puede provocar en el corto plazo, en relación al empleo, al interés de los jóvenes por estudiar carreras relacionadas con la actividad y ejecutar emprendimientos e investigación en ciencias del mar en general, y en acuicultura en particular”.
Luego finaliza, indicando que hay que dar una especial preponderancia a aquellas actividades del borde costero “que aportan más relevantemente al Producto Interno Bruto (PIB) y al desarrollo local, como ha sido el caso de la pesca y la acuicultura”.
La posición de respaldo funcional de la directiva de la SChCM a las posiciones mas conservadoras de la industria pesquera y del monocultivo industrial intensivo de salmones para la exportación, no es nueva.
El 8 de junio del 2015, cuando las organizaciones ciudadanas, indígenas y sectores de la pesca artesanal junto a parlamentarios demandaban públicamente la anulación de la cuestionada y corrupta ley Angelini-Longueira de privatización pesquera, la SChCM en apoyo a la posición de la patronal Sociedad Nacional de Pesca (Sonapesca). En ese entonces la Soc. de Ciencias del Mar publicó en su facebook una publicación titulada “11 implicancias de derogar la Ley de Pesca”.
El polémico afiche publicado en la página institucional de Facebook de la SChCM, sin que existiera firma de los redactores, alertaba a la opinión pública sobre el caos general que se produciría si se deroga la cuestionada ley general de pesca y acuicultura, que privatizó fraudulentamente el patrimonio pesquero nacional.
Consultado al respecto por Ecocéanos, a través de la línea de mensajes de facebook, uno de los administradores de la página afirmó que no saben quién publico el afiche y que se averiguaría quién o quienes eran sus autores.
Esa vez, el mismo administrador señaló que existían administradores por región, y que se averiguaría acerca de los autores del escrito. Pero nunca hubo un desmentido del apoyo a los grandes empresarios pesqueros.