Recientemente un punto crítico para definir los límites de producción, fue reconocido por el gremio salmonero, a través del Presidente de SalmonChile, quién afirmó “Tenemos que reconocer que el mar tiene una capacidad limitada de producción.”
Por: Eduardo Tarifeño
Biologo Marino
Octubre de 2016
La Senadora Carolina Goic presentó recientemente una moción para suspender por cinco años el registro de concesiones acuícolas en Magallanes para preservar el patrimonio natural de gran valor ecosistémico marino que representa el complejo y extenso conjunto de bahía, fiordos, canales y ensenadas de la XII Región con mínima o nula intervención antrogénica.
Esta propuesta está en la misma línea de otras preocupaciones que existen frente a los planes de expansión de la salmonicultura hacia la zona de Aysén, donde la Subsecretaría de Pesca decretó en abril pasado, 35 nuevas áreas aptas para la acuicultura, sin considerar la capacidad de carga que tienen estos ecosistemas marinos para la operación de centros de cultivos de salmones.
Es reconocido internacionalmente que los salmones son verdaderas máquinas biológicas que introducen altos niveles de N y P de origen externo, a los sistemas acuáticos donde son cultivados. Más preocupantes es aún saber de estos planes de expansión, cuando una auditoria de la Contraloría General de la República (Informe 211/2016 del 14 de septiembre de 2016) realizada parta verificar el cumplimientos de las funciones de la SUBPESCA que le encomienda la Ley General de Pesca y Acuicultura respecto al desarrollo de la actividad acuícola en X, XI y XII regiones, durante los años 2011 al 2015, demostró el no cumplimiento de aspectos básicos que debieran estar plenamente establecidos para autorizar esta expansión.
Entre los resultados de la auditoría realizada, se indica que “La entidad no ha dictado el reglamento específico que establezca las condiciones sobre el tratamiento y disposición final de los desechos sólidos y líquidos, orgánicos e inorgánicos de la acuicultura, habiendo transcurrido 6 años desde la publicación de la citada ley”.
También indica: “Las subsecretaría no ha emitido el reporte bienal sobre el estado ambiental de la acuicultura con la periodicidad que exigen la normativa” y “El ente auditado no cuenta con un catastro actualizado y completo de las resoluciones de calificación ambiental que aprueban los proyectos acuícolas y sus modificaciones.” Lo anterior indica que las autorizaciones de nuevas AAA están siendo decretadas sin tener los suficientes antecedentes técnicos y científicos previos que respalden las resoluciones.
Un aspecto que debe ser tarea prioritaria para validar las resoluciones pendientes y futuras es definir la capacidad de carga de los ecosistemas marinos para soportar las actividades de acuicultura, debido al importante enriquecimiento orgánico que cuando es excesivo causa situaciones de anoxia en la columna de agua y condiciones anaeróbicas en los fondos marinos. Recientemente, este punto crítico para definir los límites de producción, también ha sido reconocido por el gremio salmonero, a través del Presidente de SalmonChile, quién afirmó “Tenemos que reconocer que el mar tiene una capacidad limitada de producción.”