El Informe Final diez meses después del inicio de la Marea Roja, intenta desvincular el vertimiento de salmones en putrefacción con la mortandad de mariscos y Marea Roja. Esto porque presume que la masa putrefacta -que no saben si se hundió y ni en qué cantidad- fue transportada hacia el norte y fuera de la costa por corrientes superficiales, pero ignora su variabilidad y la existencia de una corriente profunda en dirección opuesta, hacia el sur y que alcanza las costas de Chiloé. El crucero con retardo de 2 meses descubre síntomas de eutrofización en el Mar Interior y dos focos de Amonio -uno en la localidad de vertimiento oficial y otro cerca de Cucao- relacionables con la descomposición y el de vertimientos de materia orgánica o/y salmones.
Las recomendaciones insisten en reforzar prioritariamente los monitores, aunque han sido insuficientes para conocer causas o una prognosis de la Marea Roja. Sin embargo, destacan la necesidad de cambios cualitativos en la investigación científica, en recursos humanos e infraestructura (e.g. barco oceanográfico adecuado).
Introducción
Ante el intenso y extenso fenómeno de Marea Roja, de la incertidumbre ante estos fenómenos naturales y de la influencia que pudieran tener las malas practicas de contaminación de la industria acuícola, sumado a la movilización masiva y transversal que se llamo el Chiloé “Privao” (“enfurecido, indignado”), el gobierno a través del Ministerio de Economía y la Academia de Ciencias convocó a un Comité de Expertos para abordar científica e independientemente la situación. El gobierno hizo público el Informe Final del Comité de Expertos el pasado 24 de Noviembre después de más de 10 meses de iniciado estas floraciones algales nocivas..
El desafío de una explicación científica y la respuesta del Informe Final del Comité de Expertos
La ciudadanía chilota esperó hasta ahora respuestas sobre: a) las causas de tan intensa Marea Roja; b) el vínculo eventual del vertimiento de 4.500 toneladas de salmones en descomposición en el mar; c) y las causas o una explicación de la mortandad y varazones masivas de machas, otros mariscos, aves, entre otros; y por extensión d) sobre la influencia de la industria acuícola en la contaminación, eutrofización y formación de mareas rojas.
En efecto, el gobierno anunció el 28 de mayo de 2016 que, según fuera propuesto por los miembros del Comité de Expertos, se realizaría un crucero de investigación a bordo del buque Cabo de Hornos de la Armada de Chile, con los siguientes objetivos: a) estudiar el fenómeno de Marea Roja y determinar sus causas; y más específicamente b) determinar el vínculo entre el vertimiento de salmones y el fenómeno de floración de algas nocivas.
El Informe Final (IF) de 64 páginas y numerosísimas ilustraciones no ha podido cumplir los objetivos del gobierno, a pesar del tratamiento exhaustivo de algunos temas (por ejemplo, la estimación de corrientes superficiales vía satelital, evolución geográfica de la Marea Roja), y de ser preparado por prestigiados académicos.
Difícilmente pudieron determinar las causas de la Marea Roja a través del crucero de 5 días en el buque Cabo de Hornos. El crucero se desarrolló cuando la Marea Roja había desaparecido del área estudiada cuando las condiciones ambientales eran muy diferentes y sin siquiera rastros de la especie Alexandrium catenella (IF. Figs 12,15,16, 20): aguas más calientes que las del período febrero-abril, mucho menos irradiación solar, calma de vientos, condiciones más bien de hundimiento que de surgencia, “reversión del stress zonal acumulado”.
La explicación equivocada usada para eludir identificar las causas. El IF sale del paso para referirse al período muy previo cuando la Marea Roja era intensa, y haciendo acopio de información satelital de temperatura, altimetría, vientos de las bases de datos internacionales, señalan que las condiciones de alta irradiación y de surgencias de aguas o “ una serie de anomalías climáticas y oceanográficas durante el verano y otoño del 2016, permiten explicar la proliferación de fitoplancton, incluyendo especies nocivas”. De esta manera el IF puede intenta explicar el florecimiento de todo el Fitoplancton, pero no discrimina la combinación de factores que determinaron la proliferación virtualmente excluyente de A. catenella entre muchas otras que constituyen el Fitoplancton. Por tanto nada nuevo agrega el IF en cuanto a causas de esta intensa Marea Roja de A. catenella.
Aunque uno de los objetivos del Comité de Expertos fue identificar las causas, el IF inexplicablemente también como el gobierno y la academia, eluden relacionar la eventual proliferación de A. catenella con los altos niveles de nutrientes que encontraron en el Mar Interior de Chiloé y con los focos significativos de amonio en el lugar del vertimiento y en la localidad más cercana al varamiento y mortandad de mariscos. Aunque el IF destaca la importancia de estos signos de eutrofización, no sugiere ni discute su relación con esta Marea Roja. Las relaciones entre nutrientes y amonio en especial han sido establecidas en la literatura científica internacional y también en el reciente Taller de Intesal, por expertos extranjeros. A. catenella se considera ávido de amonio para la germinación de quistes y para la formación de saxitoxinas y que obviamente determinan la proliferación, intensificación, permanencia y recurrencia de las mareas rojas de esta especie.
Finalmente el IF concluye en relación a este objetivo (“el estudio de la marea roja y sus causas”) que “se configura un sistema complejo, extenso y heterogéneo, con más incógnitas que información disponible a la hora de determinar si un evento como la serie de floraciones algales registradas en el verano de 2016 se debe únicamente a una actividad o a un efecto combinado y acumulativo”, (IF pp 55). Sin aportar sobre los agentes causales de esta Marea Roja, mal puede el IF excluir o descartar que el vertimiento de salmones no pueda haber sido uno de los factores local y causal de su intensidad o/y desarrollo.
El IF no trata el problema, salvo al sugerir que los focos de amonio encontrados pudieran exacerbar el florecimiento del fitoplancton incluido las especies causantes de FANs.
En cambio el IF se concentra en sugerir que el material vertido no habría llegado a la costa de Chiloé; en su capitulo “vertimiento en relación a la variabilidad oceanográfica” intenta establecer ( en 2 párrafos) que las corrientes habrían transportados los 4.500 ton de materia en descomposición vertidos a 130 km de distancia , hacia el norte y fuera de la costa.
El IF acopia información satelital de viento, altimetría y temperatura antes durante y con posterioridad al vertimiento que le permite estimaciones de la circulación superficial ante la falencia de datos directos sobre el hundimiento y desplazamientos de la masa en descomposición. Esta metodología es usada con frecuencia en oceanografía cuando no se tiene estimación directa a través de correntómetros, derivadores, o seguimiento de colorantes (e.g. rodamina) el que permite seguir en tiempo real la parcela de agua, ya sea desde un avión, satélite o con mediciones o muestras en la mar.
Descontando las inconsistencias en los patrones de circulación para el mismo período del vertimiento que indican vectores en el lugar del vertimiento de dirección S en unos (IM Fig.14 ), y N en otros ( IF fig. 21a) y diferencias con el Informe de Green Peace quisiéramos destacar que la conclusión contiene otra incoherencia más notable, pues la circulación estimada y descrita corresponde a la capa superficial o subsuperficial (capa de Eckman de pocos metros ); pero el IF supone que “ buena parte del vertimiento no se haya permanecido en las capas más superficiales del océano (profundidades < 100 m) por varios días o semanas”. Por esto la argumentación del IF sobre corrientes superficiales (cuestionable) no tendría validez si el material se hubiera hundido. Estas ambigüedades e imprecisiones no sustentadas por observaciones, ni por la literatura nos parecen inapropiadas especialmente por tratarse de una materia de tal significado económico social y de gobierno, y por no haber mediado el vertimiento con observaciones previas y apropiadas, durante y posteriores al vertimiento.
En cualquier caso el IF en este capítulo, tampoco atiende o da importancia a la variabilidad semanal para alcanzar conclusión tan radical sobre el transporte hacia el N y NW, ya que los vectores en los 30 días siguientes al vertimiento fluctuaron semanalmente hacia el N, luego al E, al NW y al SW (IF Fig 21a). Atendiendo a ello, la materia habría sido transportada en direcciones cambiantes y más bien erráticas como es de esperar en un ambiente tan turbulento, complejo y poco estudiado.
Finalmente en torno al vínculo entre vertimiento y Marea Roja, si el pescado en descomposición se hubiera hundido hasta los 150-300 m habría encontrado las aguas ecuatoriales subsuperficiales que fluyen como Corriente de Gunther hacia el Sur y podrían incluso haber sido transportados hacia la costa. Estas aguas que provienen del ecuador y sobrepasan la latitudes de Chiloé y penetran por la Boca del Guafo hasta el Moraleda. El IF indica que en el crucero del Cabo de Hornos, estas aguas ocuparon todo el cinturón costero y hasta la estación más cercana a la Boca del Guafo (IF figs 29,30,34.
Si bien esta sugerencia de transporte profundo hacia el Sur y la costa se deduce en base a premisas fundadas y surge como una conjetura alternativa (por no tener tampoco mediciones ni haberse contrastado) al transporte hacia el Norte del IF. La aseveración del IF que “descarta del todo” otra alternativas de transporte que no sea hacia el N y fuera de la costa de la materia orgánica, nos parece insostenible y audaz pues también se basa en estimaciones y supuestos (e.g. relativos al método , al hundimiento o dilución de la materia vertida) y sobre una variabilidad de microescala muy desconocida. No es aceptable decir que es “altamente probable” sin indicar las probabilidades de mediciones tampoco realizadas. Obviamente el crucero dos meses después del varamiento no podía alcanzar las evidencias derivadas de un protocolo de seguimiento apropiado como debería haber ocurrido.
Por tanto no podemos estar de acuerdo con la lectura del IF por parte del consorcio acuícola que se siente exculpado o blindado de cualquier responsabilidad derivada del vertimiento de salmones en base al IF.
El IF elude completamente este asunto, que aunque tan dramático evento fue coincidente con la intensa Marea Roja y provocó enorme preocupación ciudadana y científica no estuvo entre los objetivos de Gobierno indicados al Comité Científico.
El IF sin embargo llama la atención a la presencia de focos de altísima concentración amonio (IF Fig 35) en toda la columna de agua aun 2 meses después del vertimiento que lo atribuyen a la descomposición de los salmones (IF pp 46).
El crucero no realizó estaciones frente a la costa donde ocurrieron las extensas varazones de machas (e.g. Cucao), pero el IF llama la atención a otro foco de amonio (IF Fig.31) encontrado frente a Abtao (Est.9), la localidad más cercana. El IF elude atribuirlo al vertimiento o a la descomposición de salmones directamente aunque lo relaciona con dos “hipótesis (1) la mortandad y descomposición de fauna marina en las cercanías de la estación de muestreo, y (2) la descarga no supervisada de materia orgánica”.
Esta ultima hipótesis del IF parecerá muy grave a la ciudadanía pues sería consistente con afirmaciones y sugerencias de que se habría vertido salmones en descomposición y pre-tratados con productos químicos en las cercanías de la costa, lo que obviamente podría relacionarse con esas mortandades.
El Comité de Expertos a nuestro juicio no evaluó apropiadamente las contingencias y restricciones que les permitiera enfrentar y cumplir con tan ambiciosos objetivos (aunque ineludibles para el gobierno).
En primer lugar el Comité fue convocado (10 de Mayo) 2 meses después del vertimiento de salmones y casi 5 meses de iniciada la intensa Marea Roja en Chiloé. Luego los investigadores se embarcaron en un crucero de solo 5 días (26-31 Mayo) a más de 2 meses del vertimiento y de las mortandades de mariscos, cuando las condiciones ambientales habían cambiado drásticamente y ni siquiera había vestigios de A. catenella, como lo indica el IF.
En segundo lugar, a la extemporaneidad y restricción del crucero, se sumó la complejidad y variabilidad oceanográfica natural de la región, donde se produce la bifurcación de la Deriva del Oeste en la Corriente de Humboldt hacia el Norte y la pobremente descrita Corriente del Cabo de Hornos hacia el Sur.
En tercer lugar el conocimiento de esta región si bien es pasable en la gran escala, es esencialmente desconocida en la escala espacial y temporal de kilómetros y días-semanas que parecen ser más consistentes con la evolución de mareas rojas. En otras palabras se desconoce por ejemplo el efecto que pudieran tener los cambios de vientos en la formación de corrientes, meandros, remolinos superficiales cuyos sentido y dirección pueden ser opuestos en áreas adyacentes o/y cercanas. y desde luego cambian en la escala de días o semanas como ocurre a lo largo de la costa de Chile y en regiones mucho mas, igual o menos turbulentas y complejas. El Mar Interior de Chiloé es igualmente desconocido en cuanto a la variabilidad oceanográfica y biológica en las meso y microescalas espacial y temporal.
En cuarto lugar, la Marea Roja es el resultado de una reestructuración drástica de las comunidades planctónicas en que una sola especie a la vez, monopoliza los recursos ambientales compitiendo exitosamente con las otras especies del fitoplancton, hasta su virtual exclusión. Este es el resultado de una combinación excepcional de condiciones hidrológicas, meteorológicas, químicas, geológicas y biológicas cuya integración requiere también de expertos y protocolos muy diversos y con la capacidad de una concepción integradora. Por otra parte, las consecuencias de una Marea Roja sobre la comunidad pelágica y bentónica y sobre la trama trafica y los ciclos de nitrógeno y carbono, son inconmensurable en Chile.
Estas restricciones fueron mencionadas en comentarios anteriores concluyendo que el comité debería ampliarse a otras especialidades y que en ningún caso podría lograr cumplir con los objetivos en un crucero tan extemporáneo y corto.
Estos aspectos que nos parecen cruciales para ayudar a la comprensión y dimensión del problema asociado al uso tan intenso de un ecosistema y de sus recursos, los habíamos destacado en numerosos comentarios. Insistimos sobre el axioma de que el estudio de la la Marea Roja, sus consecuencias, su predicción e incluso su mitigación pasa por el estudio del ecosistema en su integridad, por ser los eventos de FAN parte de su funcionamiento y porque las acciones antropogénicas pueden tener impacto en tal caótico desbalance del ecosistema.
Bajo esta perspectiva coincidimos en que es necesario realizar cambios cualitativos drásticos en la participación y decisión del Estado chileno en las acciones de investigación científica en torno a la Marea Roja y las inversiones en infraestructura y recursos humanos. Insistimos que los consorcios acuícolas deben participar significativamente en los costos de estudio, reparación y conservación, del ecosistema que tan unilateralmente explotan.
Diferimos del IF en cuanto a que estas brechas de conocimiento, vacíos de infraestructura y ausencia de núcleos locales de investigación resultan de una visión y enfoque equivocado, enfocado a Mareas Rojas y Monitoreo como método de estudio. Creemos que el estudio y administración del ecosistema del Mar Interior de Chiloé debe ser abordado como un integrado ambiental (oceanográfico, químico, meteorológico etc) y social pues involucra los preciados patrimonio natural y cultural en el cual ocurren entre otros eventos las mareas rojas. Hemos mencionado antes la necesidad de un buque adecuado para estudiar los mares Interior y Exterior de Chiloé y de un Centro de Investigación de Excelencia en Ciencias del Mar y de la Cultura como un instrumento integrador de desarrollo . Y en esto diferimos radicalmente del “paradigma” o supuesto que plantea el IF, de que el desarrollo de la investigación científica en Chiloé se debe fundar en la simple coparticipación y coordinación de expertos repartidos en muchas instituciones de la región de Los Lagos y de otras Regiones. Hasta ahora la teleinvestigación por expertos itinerantes no ha entregado sobre la Marea Roja las soluciones esperadas ni siquiera para los consorcios acuícolas.
Este mismo supuesto se transparenta en las recomendaciones del IF que insisten en el “Monitoreo” de variables y en su perfeccionamiento. En efecto 8 de las 12 recomendaciones se refieren a ellos, y traslucen una falta de creatividad y incluso una cierta consanguinidad conceptual y metodólogica. Si bien coincidimos en el valor de los monitoreos sobretodo en un contexto histórico que va orientado a establecer correlaciones heurísticas en una primera etapa, ellos son intrascendentes si no están enmarcadas en modelos conceptuales de causalidad, que deben ser validados experimentalmente tanto en laboratorios o en la mar en forma permanente y retroactivamente.
En efecto, aunque el estudio de las mareas rojas se consideró una de las prioridades en el Plan Oceanográfico Nacional hace más de 40 años, el Programa de Monitoreo no ha sido suficiente para explicar las causas que originan la Marea Roja, ni su desarrollo, ni menos la predicción de su recurrencia. El Programa de Monitoreo ni siquiera incluye la determinación de nutrientes, ni de amonio que como se ha dicho repetidamente puede gatillar e intensificar las mareas rojas.
Seguramente existe una combinación de factores que seria más adecuado afrontar directamente a través de observaciones, experimentación en el mar y en el laboratorio y modelación, en un sistema de retroalimentación y sinergia.
Y para ello se requiere un centro dedicado preferencialmente al estudio del ecosistema integrado y con una planta de investigadores estable, infraestructura y financiamiento adecuado. No se puede seguir con más de lo mismo, descargando esta responsabilidad regional en expertos que manejan desde otras latitudes e instituciones, sus proyectos de investigación, docencia y administración en o cercanas a sus propias instituciones. Para ejemplificar la situación se puede ver la efectividad de la investigación a teledistancia y multinstitucional en Chile e incluso en la composición del Comité de Expertos (externos a Chiloé) convocado por el Ministerio de Economía para enfrentar esta intensa Marea Roja.
El IF con sus 64 e incontables ilustraciones (muchas de ellas ni siquiera explicadas ni citadas en el texto), podrá sin duda impresionar al Ministro de Economía y convencerlo de haber tomado la acción más adecuada para enfrentar la Marea Roja: convocar un Comité de Expertos a través de la Academia de Ciencias. Sin duda el IF resultó en un un trabajo concienzudo y valioso pero a la ciudadanía no escapa que se trato de una acción inoportuna e insuficiente para hechos consumados, y que revela la incapacidad para comprender y atender a la complejidad del ecosistema marino y a los eventos naturales e inducidos de la Marea Roja. Un tardío y nimio esfuerzo considerando que ya el Plan Oceanográfico Nacional hace más de 40 años había considerado su estudio como de primera prioridad. Simplemente no se le ha dado la debida importancia como materia de investigación científica, ni implementado el enfoque ni la infraestructura y financiamiento adecuados. El Ministerio de Economia maneja la acuicultura pero no maneja la investigación científica para la acuicultura. Mientras tanto los consorcios acuícolas explotan el mar y esperan que el estado pague por la investigación y financie los subsidios por las pérdidas (cuando las haya).
La ciudadanía no puede seguir aceptando explicaciones improvisadas como las que se dieron antes del crucero incluso por científicos y por sociedades y agrupaciones de científicos que atribuían majaderamente y carentes de ninguna medición: “que esta Marea Roja estaba causada por el Fenómeno de El Niño , por el Cambio Climático Global, por la Acidificación del Océano, intentando así exculpar a priori a los consorcios acuícolas de su responsabilidad eventual de la eutrofizacion, del vertimiento de salmones en descomposición y contaminación generalizada. Anuncios que más parecieron pancartas u oráculos como que “la Marea Roja estaba en Retirada junto con El Niño ” o que “la Marea Roja vino para quedarse” son inaceptables cuando no van acompañadas por una sustentación científica escrutable. Así parecieron más bien enunciados que reafirmaban la posición del gobierno de que todo obedecía a un fenómeno natural y que se había procedido adecuadamente. Ninguna de estas declaraciones y que provocaron tal confusión pública han sido recogido en el IF, aunque alguno de los Expertos del Comité son autores de esas palabras y de otras que emitieron aun antes del crucero que tenia justamente como objeto “estudiar la Marea Roja y sus causas”.
El IF indica en un solo párrafo que el calentamiento superficial de aguas oceánicas aledañas y en el Mar Interior se podría deber a advección de aguas más cálidas debido a El Niño o a la mayor radiación solar. Y así deja la duda sin afirmar o negar lo dicho anteriormente. En efecto el IF indica que la Marea Roja ocurrió en aguas frías de surgencia en toda la región costera y no cálidas (como se habían sugerido relacionadas con el Niño), por lo que la explicación del IF sigue siendo además de corta, mala.
Sin embargo y finalmente el IF sugiere como no lo había hecho anteriormente ni el gobierno ni la academia, que hay un nivel de eutrofización que debe ser estimado, y que es parte de la gran brecha de conocimiento que no permite (ademas de las carencias de infraestructura y recursos humanos), determinar las causas de tan intensa Marea Roja (ni otras FANs).
El IF también destaca como no lo había hecho el gobierno ni otros sectores que el sistema es complejo, heterogeneo, variable y que requiere un enfoque multidisciplinario.
Pero esta complejidad aparece desfigurada al insistir con una “alta probabilidad” el transporte de la materia en descomposición vertida hacia la costa de Chiloé, y excluir otras alternativas igualmente plausibles. De la misma manera como el IF lo hace en relación a la validez de las estimaciones satelitales de clorofila y fluorescencia, habría sido igualmente apropiado evaluar o discutir la validez de la afirmacion sobre transporte, en consideracion a los supuestos en que se basan las estimaciones satelitales de corrientes superficiales, y teniendo en cuenta esa complejidad no estimada, y otras alternativas de transporte superficial y profundo de esa materia orgánica vertida cuya composicion, densidad velocidad de hundimiento estimado el IF no describe. Esta autoevaluación de los resultados es intrínseco al trabajo científico, y a la forma y estilo en ciencias que los expertos muy bien conocen.
Todo esto atenta en contra de la confiabilidad en la objetividad de la ciencia y en la credibilidad del sistema de investigación científica y más grave aun en la institucionalidad que administra el ecosistema marino y sus recursos (Ministerio de Economía), por las consecuencias sociales y culturales que ha tenido en la comunidad chilota. ¿Qué soluciones a esta crisis se puede esperar de la misma institucionalidad y de sus mismos intereses y capacidades?
1.- Estimar el impacto de la salmonicultura y de la megamitilicultura en la eutrofizacion del Mar Interior de Chiloé y discriminarlo de otras eventuales fuentes (e.g agricultura, afluentes domésticos).
2.- Detener la incorporación de nutrientes por parte de la industria acuícola en el Mar Interior de Chiloé a través de una moratoria parcial y progresiva ( e.g. su desplazamiento hacia áreas alejadas del Mar Interior partiendo por las áreas pobladas por comunidades ribereñas).
3.- Controlar otras malas prácticas de la industria acuícola en cuanto a la evacuación de deshechos antibióticos, pesticidas, productos químicos para proteger redes, por ser causantes no solo de contaminación sino de eutroficacion y eventualmente de la intensificación de mareas rojas.
4.- Evaluar los impactos de nutrientes y contaminantes de la acuicultura en las comunidades bentónicas y planctónicas y especialmente de los utilizados para combatir el Caligus sp. del salmón, los antibióticos y antinscrustantes.
5.- Definir capacidades de carga en función no tan solo de la sustentación de la producción sino de parámetros sociales, éticos y estéticos y especialmente privilegiando el desarrollo de la cultura y del patrimonio ambiental.
6.- Mitigar y prevenir la dispersión de quistes controlando el transporte a través de embarcaciones, vehículos, redes, implementos y organismos de cultivo.
7.- Incorporar mediciones de amonio y nutrientes en los sistemas de monitoreo y de evaluación de impacto ambiental
Por mientras los ciudadanos de nuestro país debemos preguntarnos, si ha sido intencional el que nuestros congresistas con el fin de favorecer la explotación intensiva de nuestra riqueza país (recursos naturales y ecosistemas marinos) por un modelo económico extractivista a ultranza, decidieran evitar durante décadas legislar para crear el Ministerio del Mar y el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Haciendo justo lo contrario de lo realizado por las economías líderes del libre mercado, que en su mayoría han conseguido para sus países conciliar desarrollo económico vinculado a una robusta investigación científica con protección del patrimonio ambiental, aportando con ello a la sustentabilidad y la biodiversidad de sus ecosistemas marinos dentro de sus territorios y para beneficio de sus ciudadanos.