Declaración del Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca (WFF) y del Foro Mundial de Pueblos Pescadores (WFFP) sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Conferencia sobre los Océanos de la ONU
4 de junio de 2017
Instamos a los estados miembros de la ONU a trabajar con los movimientos de los pueblos de pescadores a pequeña escala para lograr la implementación de las Directrices PPE. Dichas directrices son el resultado de un proceso de desarrollo participativo y ascendente en cuya elaboración hemos constituido una pieza clave como representantes de 20 millones de pescadores de todo el mundo. Las Directrices PPE se basan en los estándares y principios internacionales de los derechos humanos y junto con las Directrices de Tenencia constituyen una herramienta fundamental para garantizar el ejercicio del derecho a una alimentación adecuada y derechos afines; para garantizar los derechos humanos de los pescadores y de los pueblos de pescadores; y para proteger el medioambiente.
En otras palabras: el verdadero desarrollo sostenible. El proceso de implementación de las Directrices PPE se encuentra ya en marcha en el Marco Estratégico Mundial (MEM) de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, e instamos a los gobiernos a centrar sus esfuerzos en dicho proyecto.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se pactaron en Nueva York en septiembre de 2015. Consolidados mediante los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los 17 objetivos buscan hacer frente a los retos que plantea el mundo actual, tales como la pobreza, la desigualdad y los conflictos.
Por lo tanto, los objetivos coinciden en su contenido con una «lista de deseos» para alcanzar las metas fijadas en cada uno de los objetivos específicos. Los 17 ODS comparten un elemento clave, su enfoque: las «alianzas» —de hecho, el objetivo 17 propone literalmente «Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible».
El proceso de desarrollo de los ODS en los años previos a su adopción también se llevó a cabo desde una perspectiva de alianzas. Por ello, los ODS han sido aclamados por ser «inclusivos». Pero para los movimientos sociales ¿qué supone que las alianzas sean «inclusivas»? La idea de que los estados y las instituciones internacionales formen alianzas con el sector privado ha ido cobrando fuerza desde la adopción de la Agenda 21 en 1992, donde se decía lo siguiente: «Los gobiernos, el comercio y la industria, incluidas las empresas transnacionales, deberían reforzar las alianzas para aplicar los principios y criterios del desarrollo sostenible.»(1) En 1997, Kofi Annan anunció que el refuerzo de dichas alianzas sería una de sus prioridades como secretario general, y en el año 2000 siguió trabajando en la misma línea con la creación del Pacto Mundial de la ONU (2) . Desde entonces, las «alianzas» con corporaciones transnacionales se han arraigado en el funcionamiento de muchas instituciones de la ONU, incluyendo en el Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible (la plataforma central de la ONU para el seguimiento de los ODS). En esencia, el enfoque de alianzas otorga cada vez más reconocimiento y espacio al sector privado para asesorar los procesos y las decisiones de la ONU, y admite el uso de la financiación privada para el funcionamiento de las instituciones de la ONU y sus programas(3) .
Si bien es cierto que estas «alianzas» para el desarrollo sostenible pueden parecer benévolas e incluso nobles, es importante subrayar que este enfoque ha traído consigo una serie de dramáticas transformaciones en los mismos procesos de gobernanza mundial que este modelo ha facilitado. A lo largo de las dos últimas décadas y media, se ha ido pasando gradualmente de un modelo de gobernanza basado en los derechos humanos con los estados como titulares de su implementación quienes tienen ciertas obligaciones hacia con los titulares de dichos derechos humanos (a saber, las personas), hacia un sistema mucho más ambiguo basado en «alianzas» a través de diálogos y procesos «multilaterales»(4) . De esa forma, los actores del sector privado han pasado de ser actores regulados por los estados a ser considerados cada vez y en mayor medida socios de los estados en la resolución de problemáticas mundiales urgentes. A lo largo de la última década, los procesos de gobernanza mundial, desde los ODS hasta las COP de los diferentes acuerdos y marcos de trabajo de la ONU, han sido sometidos por una serie de ONGs transnacionales, corporaciones, académicos etc., lo que tiene graves consecuencias en la gobernanza de ámbito local sobre la cual se fundó la ONU5 .
Se socavan y diluyen voces legítimas de titulares de derechos humanos (a saber, personas), y esto se lleva a cabo a través de la reducción de responsabilidades de los estados como titulares del deber de implementarlos. Y debido a que los movimientos y organizaciones representativas que intentan influir en los procesos de gobernanza mundial apenas pueden competir con la bien engrasada maquinaria de las corporaciones y ONGs, a menudo, estos quedan en un segundo plano. Este enfoque pasa por alto las desigualdades de poder y los intereses y roles radicalmente opuestos de los actores sociales bajo el argumento de unir a todos los actores que reivindican una «apuesta» por el desarrollo sostenible.
El resultado es que el proceso de desarrollo de los ODS ha conseguido, a lo sumo, dejar al margen de la participación a los movimientos mundiales de pescadores y a la mayoría del resto de los movimientos sociales organizados en el Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria, mientras que ha otorgado un mayor espacio de influencia al sector privado y a las grandes ONGs para mediar en los objetivos durante el proceso.
Como consecuencia de ello y si miramos a los ODS, nos daremos cuenta de que hay una clara falta de compromiso con los derechos humanos y de que algunos derechos como el derecho a una alimentación adecuada, el derecho al agua y al saneamiento y los derechos de las mujeres están ausentes. En este nuevo panorama, la función de los estados es, por encima de todo, facilitar las acciones del sector privado bajo la atractiva etiqueta de «compromisos voluntarios» en el camino hacia el elusivo «desarrollo sostenible».
Según la ONU, se estima que la implementación de los ODS tendrá un coste de 3 billones de dólares al año6 . Nos encontramos en una era en la que los fondos para el desarrollo están disminuyendo, lo que nos lleva a avanzar que hay una necesidad de aumentar la inversión del sector privado que a su vez implica un mayor apoderamiento del sector. El secretario general de la OCDE lo corrobora: «No se va a llevar a cabo sin el sector privado, tenemos limitaciones presupuestarias en todos los países».(7)
El objetivo 14 de los ODS dice lo siguiente: «Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible». Una de las preguntas clave en ese aspecto es qué significa «conservar y utilizar en forma sostenible». A esa pregunta le sigue una serie de otras: ¿quién debería tener qué derechos? ¿A qué recursos naturales? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Con qué objetivo/s? Y la pregunta del millón ¿quién lo decide?
A pesar de que las respuestas a esas preguntas hacen que las iniciativas tengan una naturaleza controvertida, una de las metas para el ODS14 es la expansión de las Áreas Marinas Protegidas (AMP). Eso es, a pesar del carácter controversial de los modelos de conservación mariana y costera, de los cuales hace poco se los denominó como «proteccionistas, autoritarios e implican prácticas de conservación violentamente represivas»(8) .
Específicamente dirigida al ODS14, la Conferencia sobre los Océanos de la ONU tendrá lugar en la sede neoyorquina de la organización del 5 al 9 de junio. Muestra del previamente mencionado enfoque en las alianzas, la conferencia se estructura en una serie de «diálogos multilaterales» y sesiones plenarias. Los diálogos estarán moderados por los estados miembros de la ONU —uno del hemisferio norte y uno del hemisferio sur— y consistirán en mesas redondas tras las cuales habrá intervenciones de los participantes. Sobre un total de 7 sesiones de diálogo, nosotros, representantes de los movimientos de pueblos pesqueros, solo hemos sido incluidos en uno, y en él solo se hablará de las PPE en el contexto de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo y los Países Menos Desarrollados, es decir, de forma no global. La única otra forma de participar de forma oficial en la Conferencia sobre los Océanos es tomar parte en el «debate interactivo» posterior a las mesas redondas.
Tal y como se puede comprobar en la página web de la conferencia, dichas intervenciones deben ser «escuetas, concisas y de un máximo de tres minutos» y deberían en todo caso centrarse en «presentar compromisos voluntarios, alianzas… [y] recomendaciones políticas para apoyar la implementación del ODS149 .
El resultado de las sesiones se resumirá y se incluirá en el informe final de la conferencia, añadiéndolo así a los compromisos voluntariosque todos los visitantes a la página web del video están invitados a registrar para «ser parte de la historia del océano». El informe de la conferencia contribuirá al seguimiento y a la revisión del proceso de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y constituirá una aportación al Foro Político de Alto Nivel (FPAN) sobre el desarrollo sostenible.
Dejando a un lado el aspecto formal de la conferencia, también se han organizado muchos otros eventos paralelos. Tal y como detalla la web, los eventos paralelos —bajo el lema de contribuir para lograr el ODS14— tratarán asuntos como el crecimiento o la economía azul, el carbón azul, AMPs, distintas actividades extractivas a gran escala en los océanos y las oportunidades de inversión para el capital financiero.
Los organizadores del evento paralelo abarcan a todos los grupos de actores que se incluyen en las reuniones mundiales sobre los océanos(10), incluyendo las instituciones financieras internacionales (el Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo, el Foro Mundial para el Medioambiente), coaliciones de corporaciones transnacionales (el Foro Económico Mundial, la Cámara Internacional de Comercio), coaliciones de industrias marítimas (el Consejo Mundial de Océanos), actores financieros (Credit Suisse, Blue Finance), fundaciones filantrópicas (Bloomberg, Rockefeller) y un amplio abanico de ONGs transnacionales o estadounidenses vinculadas al medioambiente (Conservation International, WWF, EDF, The Nature Conservancy)(11) .
Nosotros seremos co-anfitriones de un evento paralelo junto con la FAO para presentar nuestra solución tal y como se explica a continuación, pero la presencia desigual de los actores habla por sí misma. Hemos dejado claro en diferentes publicaciones (12) y declaraciones(13) que lo que esos «interlocutores» proponen como solución lleva a lo que nosotros llamamos el «acaparamiento de océanos»: la toma de control de actores poderosos de decisiones cruciales, incluyendo el poder de decidir cómo y para qué se utilizan, conservan y gestionan los recursos.
Esto nos ha conducido a una situación en la que poderosos actores, cuya mayor preocupación es contribuir a su propia acumulación de beneficios o de terceros, estén ganando poco a poco el control de los recursos y de los beneficios de utilizarlos. La Planificación Espacial Marina (PEM), una de las herramientas de gestión que se están vendiendo como una forma de garantizar el ODS14 y que los mencionados actores evocan recurrentemente, agrava esas tendencias. Svein Jentoft, erudito en pesca, explicó recientemente que «el PEM puede acabar neutralizando en lugar de empoderando a los actores desfavorecidos y a los actores sin voz [… mediante] la facilitación de las capturas de pesca a las poderosas élites y la creación de desigualdades que afectan negativamente la integración en los conocimientos de interesados menos poderosos como los pescadores en pequeña escala»(14) .
Esos son los motivos por los que somos muy escépticos con los ODS. Arraigados en una deficiente «modelo de alianzas» que prioriza los intereses de beneficios de una minoría de élite y margina las voces de las comunidades de base a quienes representamos, mantienen y se aferran a las desigualdades e injusticias existentes en el orden mundial.
Nuestra solución Extendemos nuestro apoyo a la Organización de las Naciones Unidas, el cual se fundamenta en los valores que forman la base de la Carta de las Naciones Unidas: paz, justicia, respeto, derechos humanos, tolerancia y solidaridad. Para sustentar esos valores, cada país debería sacar más provecho de sus parlamentos, los gobiernos regionales, la sociedad civil y el poder ejecutivo de sus respectivos gobiernos para apoyar la gobernanza democrática a nivel nacional, sobre la que se fundó la ONU.
Las Directrices Internacionales Para Garantizar la Pesca Sostenible En Pequeña Escala en el contexto de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza (Directrices PPE15 ), fueron aprobadas por el Comité de Pesca de la FAO en 2014. Estas Directrices PPE son el resultado de un proceso de desarrollo participativo y ascendente facilitado por la FAO que incluye a más 4,000 representantes de gobiernos, comunidades de pescadores en pequeña escala, el Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca (WWF, por sus siglas en inglés) y el Foro Mundial de Pueblos Pescadores (WFFP, por sus siglas en inglés) y otros actores de 120 países. Su desarrollo se asemeja al proceso legítimo y democrático liderado por cada país miembro que se encuentra expuesto en la Carta de la ONU, y las directrices se fundamentan en los principios de justicia, respeto, derechos humanos, tolerancia y solidaridad y en los estándares y principios de los derechos humanos internacionales en el seno de la ONU. Expresamos nuestro reconocimiento y apreciación a la FAO por su hábil administración del proceso de desarrollo de las Directrices PPE. En su 32ª sesión en julio de 2016, el Comité de Pesca (COFI, por sus siglas en inglés) de la FAO adoptó por unanimidad el Marco Estratégico Mundial (MEM) para facilitar la implementación de las Directrices PPE.
El MEM tiene por cometido facilitar la interacción entre los gobiernos y la sociedad civil, al igual que apoyar la implementación de las Directrices PPE a todos los niveles promoviendo una visión común y un enfoque de implementación basado en los principios de las propias directrices PPE. Seguimos comprometidos en trabajar junto con la FAO para seguir desarrollando el MEM, el cual nos permitirá potenciar los principios clave de las Directrices PPE, con especial énfasis en un enfoque basado en los derechos humanos que se dirija a las industrias pesqueras a pequeña escala; al reconocimiento y a la protección de los derechos de tenencia de las comunidades pesqueras a pequeña escala; a los derechos de las comunidades pesqueras a pequeña escala en mantener el control y la gestión de la cadena de valor incluyendo tanto la comercialización local como la regional; y que promueva la participación activa y efectiva de los actores de la industria pesquera a pequeña escala en la implementación de las Directrices PPE, en particular en las comunidades pesqueras a pequeña escala, incluyendo mujeres, jóvenes y pueblos indígenas.
Nosotros, representantes de cerca de 20 millones de pescadores alrededor del mundo, vamos a continuar con nuestra cooperación constructiva junto con los gobiernos nacionales y la FAO en nuestro afán de implementar las Directrices PPE y desarrollar aún más el MEM. Instamos a los estados miembros de la ONU a trabajar con nosotros para garantizar de forma progresiva nuestro derecho a una alimentación adecuada y a otros derechos vinculados a este, al igual que a la protección del medioambiente. Mediante el desarrollo del MEM y la implementación de las Directrices PPE, es posible conseguirlo.
1 Sogge, D. 2014 ’The camel’s nose in the tent of global governance’ p. 18 https://www.tni.org/files/download/state_of_power-6feb14.pdf
2 Para más información sobre el Pacto Mundial de la ONU véase: http://www.ibfan.org/art/538-2.pdf
3 Tal y como se señala en la descripción del objetivo 17: «Es preciso adoptar medidas urgentes encaminadas a movilizar, reorientar y aprovechar billones de dólares de recursos privados para generar transformaciones a fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible»
4 Para más información sobre el «multitaskeholderism» o multilateralismo en política pesquera, véase: http://worldfishers.org/wp-content/uploads/2016/12/SSFGHuman_Rights_vs_Property_Rights-ES.pdf y McKeon, N. (2017) Are Equity and Sustainability a Likely Outcome When Foxes and Chickens Share the Same Coop? Critiquing the Concept of Multistakeholder Governance of Food Security, Globalizations 14:3, 379-398
5 Para más información sobre este punto véase: http://www.rosalux-nyc.org/wpcontent/files_mf/adamssdgsengwebsite.pdf
6 http://www.ipsnews.net/2015/08/u-n-targets-trillions-of-dollars-to-implement-sustainabledevelopment-agenda/
7 http://www.reuters.com/article/us-development-goals-finance-idUSKCN0RQ0RD20150926
8 Wolff, M (2015) From Sea Sharing To Sea Sparing – Is There a Paradigm Shift In Ocean Management? Ocean & Coastal Management 116, 58-63
9 Véase la página web de la conferencia: https://oceanconference.un.org/about
10 También se ha tratado el tema en el informe sobre el Derecho a la alimentación y a nutrición de 2016, véase: http://www.righttofoodandnutrition.org/files/Watch_2016_Article_3_eng_Privatization %20and%20Corporate%20Capture%20of%20Global%20Fisheries%20Policy.pdf
11 Véase la página web de la conferencia: https://oceanconference.un.org/programme
12 Véase el reportaje en The Global Grab que subraya las consecuencias negativas que muchas de las soluciones propuestas han tenido en las PPE de todo el mundo: http://worldfishers.org/wp-content/uploads/2014/08/The_Global_Ocean_Grab-ES.pdf
13 http://worldfishers.org/wp-content/uploads/2016/09/Blue_Carbon_ES_web.pdf
14 Jentoft, S. (2017): Small-scale Fisheries Within Maritime Spatial Planning: Knowledge Integration and Power, Journal of Environmental Policy & Planning, p. 8
15 Para consultar las directrices, véase: http://www.fao.org/3/a-i4356s.pdf