El Centro Ecocéanos hace un llamado a las organizaciones ciudadanas, comunidades costeras y movimiento sociales a unir fuerzas para detener los impactos sanitarios, ambientales y sociales de la mega industria de cultivo de salmónidos en las regiones del Bío Bío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos /Chiloé, Aysén y Magallanes.
Por Juan Carlos Cárdenas N.
Médico Veterinario
Director Ejecutivo Centro Ecocéanos
29/03/2018
Publicado en El Desconcierto
Una nueva crisis sanitaria-ambiental se encuentra en marcha en Chiloé, a menos de dos años de ocurrida la mega crisis provocada por los sucesivos florecimientos de micro algas tóxicas y nocivas, los cuales provocaron la muerte de 27 millones de salmones y la contaminaron de los recursos bentónicos -moluscos, crustáceos y algas-, base económica de los habitantes de la isla.
Esta vez se trata de la contaminación del río Trainel, afluente del más grande lago chilote, el Huillinco-Cucao, ubicado en la comuna de Chonchi, a consecuencia del vertimiento de 10 mil litros de pintura altamente tóxica, utilizada rutinariamente por las empresas salmoneras para impregnar las redes de sus balsas-jaulas. Esto, con el objetivo de eliminar químicamente a las especies marinas que se intentan adherir a las balsas-jaulas.
El área contaminada de Huillinco-Cucao es altamente turística, al encontrarse en las inmediaciones del Parque Nacional Chiloé. En sus alrededores viven comunidades de pequeños agricultores, indígenas y habitantes, los cuales dependen económicamente del turismo de verano y del agua dulce de éstos afluentes para sus actividades de agricultura de subsistencia y la bebida de sus familias y animales.
Importante es señalar que la pintura anti-incrustante es un potente biocida en el medio acuático, al poseer altas concentraciones de cobre y de metales pesados, por lo que representan una grave amenaza sanitaria por los procesos de bio-acumulación en las cadenas tróficas marinas del sur de Chile.
La industria salmonera: Dos décadas de prontuario sanitario-ambiental en aguas del sur Chile
Hay una larga historia de desastres ambientales y sanitarios en el maritorio chilote. A este nuevo desastre ambiental en curso, se une el reciente hundimiento del well-boat “Seikongen” que transportaba 60.000 litros de petróleo y 200 toneladas de salmones en aguas de Chiloé. Como evidente muestra de la complicidad y permisividad legal de las autoridades centrales y regionales, este well-boat aún permanece hundido frente a las costa de Chonchi. Esto a pesar de haber transcurrido casi seis meses de su naufragio, a consecuencia de no chequeadas fallas de fabricación.
A lo anterior se une el mítico vertimiento de 9.000 toneladas de mortalidades de salmones en descomposición realizado por Sernapesca con apoyo de la Armada de Chile en mayo de 2016, a tan sólo 80 millas náuticas de la costa de la isla de Chiloé. Como recordarán, esta crisis sanitaria-ambiental y social, que generó billonarias pérdidas para la comunidad chilota, fue consecuencia de un mega florecimientos de la micro alga Chatonella sp., gatillada por la alta contaminación orgánica provenientes de los centros de cultivos de salmónidos.
El Estado de Chile: Cómplice activo en la contaminación marina del sur de Chile
A la contaminación marina de Chiloé, se suma recientemente la irracional Resolución Exenta 475 del 8 de febrero de 2018, emitida por el Sernapesca. Esta permite a los well-boats que transportan peces enfermos, verter su agua de lastre contaminada con micro algas tóxicas y diversos patógenos en un polígono de aguas marinas ubicado al norte de Melinka, y frente al puerto de Raúl Marín Balmaceda, región de Aysén.
Frente a esta violatoria medida gubernamental, la Federación de Pescadores Artesanales del Archipiélago de Las Guaitecas ha interpuesto un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Valparaíso.
También la Región de Magallanes acaba de ser víctima de las ambientalmente destructivas decisiones estatales pro-empresariales. En marzo pasado, el Consejo de Ministro de la Sustentabilidad (CMS) eliminó administrativamente la protección ambiental para las aguas adyacentes al recién creado Parque Nacional Kawésqar con el fin de facilitar la entrega 285 nuevas concesiones de acuicultura industrial en las prístinas y altamente biodiversas aguas de la Patagonia chilena. De manera complementaria, el CMS bloqueó la posibilidad de establecer un Área Marina Protegida de Múltiples Usos (AMP-MU) en el mar Kawésqar, a pesar del compromiso no cumplido de la ex Presidenta de la República, Michelle Bachelet, y las presiones de las comunidades canoeras-nómades, pesca artesanal y organizaciones ciudadanas.
Antibióticos: adicción fatal
A esto se suma el hecho que la industria salmonera en Chile es la que presenta la mayor utilización de antibióticos a nivel global, generando preocupación de las organizaciones internacionales (OMS, FAO, OIE). Durante el 2016, la industria salmonera empleó 700 veces más antimicrobianos por tonelada de salmón producido en comparación con Noruega. En dicha temporada, Chile produjo y exportó 727.500 toneladas de salmónidos, utilizando para ello 382.500 kilos de antibióticos, principalmente florfenicol y oxitetraciclina. En contraste, Noruega, sólo utilizó 523 kilos de antimicrobianos para producir en el mismo período el doble (1,2 millones de toneladas de salmón), evidenciando las abismales diferencias de manejo sanitario-ambiental.
En el ámbito de los derechos de los trabajadores, durante los últimos siete años han muerto nueve trabajadores de la industria salmonera, debido a las precarias condiciones laborales con que operan. La última muerte ocurrió hace dos semanas. Correspondió al buzo Leonardo Figueroa (52) quien murió asfixiado a 40 metros de profundidad en el centro de cultivo de Australis Sea Foods S.A, ubicado en isla Riesco, región de Magallanes.
Detener la amenaza a la salud pública y la destrucción de nuestro mar: Tarea Ciudadana
En este contexto de “far west” salmonero, el Centro Ecocéanos como parte de la campaña “Basta de Salmón Químico Industrial”, valora la reciente Resolución Nº 6086 del Senado de Washington, la cual prohibió progresivamente para el 2025 todas las operaciones de los centros de cultivo intensivo de salmón Atlántico, por considerarlos una amenaza ambiental “intolerable” en las aguas del Pacífico norteamericano.
La eliminación de las operaciones de acuicultura industrial intensiva en aguas de la principal región de acuicultura industrial norteamericana, constituye una decisión histórica que apoya la lucha de los ciudadanos, comunidades costeras y pueblos originarios en el Pacífico chileno, quienes demandan entre otras medidas, una moratoria nacional a la expansión territorial de los monocultivos industriales de salmónidos; la eliminación del empleo masivo y profiláctico de antibióticos en la industria acuícola; el establecimiento de etiquetado informativo para las producciones de salmón de cultivo chilenas; la eliminación de las pisciculturas en lagos y ríos cordilleranos; y el boicot nacional e internacional al consumo de salmón químico industrial chileno.
El Centro Ecocéanos hace un llamado a las organizaciones ciudadanas, comunidades costeras y movimiento sociales a unir fuerzas para detener los impactos sanitarios, ambientales y sociales de la mega industria de cultivo de salmónidos en las regiones del Bío Bío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos /Chiloé, Aysén y Magallanes.