El archipiélago de Chiloé, distante a más de mil kilómetros al sur de Santiago, capital de Chile, desde la década de los 80 en adelante, viene experimentando la llegada masiva de numerosas industrias. Partiendo desde la industria salmonera en la década de los 80, cuya presencia ha generado una enorme contaminación ambiental y la destrucción de la vida comunitaria chilota; lo que sumado al conflicto contra la forestal de capitales asiáticos Golden Spring en la década de los 90; El arribo de concesiones para la extracción minera y parques eólicos que impactan negativamente sobre lugares de alto valor ecológico y cultural, en nombre del “progreso” y el “desarrollo”, conforman un escenario adverso para la continuidad de la vida isleña.
Por José Luis Vargas, Colectivo Editorial Mapuexpress
06 de diciembre de 2018
A las problemáticas antes mencionadas, se suma la construcción de un mega puente en el canal de Chacao, que ha sido utilizada como una eterna promesa electoralista por parte de los sucesivos gobiernos (Concertación, Derecha y Nueva Mayoría) para conseguir la adhesión de los chilotes, que ven en esta mega obra la posibilidad de resolver los supuestos problemas de conectividad y romper las fronteras que separan a la isla del continente.
No obstante, esta mega obra, ha despertado una serie de críticas de parte de un gran sector de la sociedad chilota-huilliche, que cuestionan la mala distribución de recursos fiscales, puesto que el puente no representa una prioridad para los habitantes del archipiélago que reclaman una mejora sustancial en el sistema de salud y también mejorar la conectividad interna dentro de su territorio. Además, porque, dicho puente, va a significar el traslado de recursos que se extraen de la isla de manera más rápida al resto del país, contribuyendo con la explotación acelerada del territorio solo para el beneficio empresarial.
Sobre esta variedad de temas, conversamos en esta entrevista, con Ruth Caicheo, werken del Consejo de Comunidades Huilliche de Chiloé, quienes han sido un actor relevante en la defensa del territorio chilote y al igual como lo hicieron los kuifikeche (antepasados) quienes plantearon defender la Buta Wapi Chilwe (Isla Grande de Chiloé), “hasta que el mundo sea”.
Lamuen Ruth, cuéntenos, ¿Cómo ha sido el proceso de lucha contra las industrias extractivas en el territorio chilote?
RC: Nosotros hemos venido dando una lucha por muchos años, en el año 2007 comenzamos con la presentación de un recurso de protección contra la instalación de la eventual construcción de un mega parque eólico de la empresa transnacional EcoPower.
Hemos venido haciendo un trabajo con las comunidades del territorio que en un principio estaban en oposición a este proyecto, pero después con la intervención del estado y privados, cambiaron la postura que en un comienzo tenían, no obstante, como Consejo de Comunidades Huilliche de Chiloé nos hemos mantenido firmes en oponernos a este megaproyecto, conscientes de las consecuencias que podrían ocasionar en nuestro territorio.
Hoy en día, en Chiloé existe un parque eólico ubicado en el sector San Pedro en la comuna de Dalcahue, donde lamentablemente nuestros hermanos no presentaron ninguna oposición, permitiendo que el proyecto se ejecute con toda la normalidad del mundo y hoy en día sabemos que se quiere declarar como polo energético a la Buta Wapi Chilwe y sabemos todo el desastre que esto podría traer.
A la población se la ha engañado, haciéndola creer que estos proyectos son sustentables, proyectos de energía renovable y puede que en algún aspecto sea así, pero tenemos claro que este tema va más allá de ese discurso, porque la energía que solo está produciendo San Pedro en la Buta Wapi, podría solventar toda la isla y gran parte de la región de Los Lagos. No encontramos la respuesta de poder entender porque se quieren instalar tantos parques eólicos en nuestra isla, en lugares que para nosotros son simbólicos y ancestrales.
En estos momentos las empresas privadas no miran los lugares donde van a instalar sus proyectos arrasando con nuestra flora y fauna, lamentablemente el Estado se asocia con inversionistas privados sin tomar en cuenta a los habitantes originarios la isla, los que no son consultados viendo como cada vez más se destruyen las reservas de agua y humedales, pagando las consecuencias los habitantes de Chiloé, producto de las sequias, que obligan a abastecer con camiones aljibe a numerosas familias en distintas comunas de Chiloé, lo que nos parece una vulneración al acceso de un derecho vital como es el agua.
¿Qué métodos y estrategias han utilizado para contrarrestar esta situación de avanzada de las empresas capitalistas y el Estado en Chiloé?
RC: Una de las estrategias que hemos ido configurando ha sido el fortalecernos con la realidad de otros territorios de nuestro Wallmapu, porque hemos visto en base a la experiencia y problemas que han tenido que ir enfrentando las comunidades mapuche.
De esas experiencias nos hemos ido nutriendo, para articularnos frente al Estado chileno que, apuesta a mantener a nuestro pueblo en la ignorancia, porque cuanto más ignorantes seamos va ser más fácil manipular.
Como pueblo huilliche apostamos a sacar la voz, a no dejarnos reprimir por amenazas y defender nuestro territorio, que es una de las riquezas más grandes que podemos tener, que no tiene un valor económico, que no es posible medir con nada.
Estamos invitando a nuestra gente de la Buta Wapi a seguir levantando la voz, hace poco cumplimos dos años desde el levantamiento del mayo chilote en el año 2016, que fue por una causa que está siendo ratificada por la Corte Suprema, quien reconoció que esto había sido una negligencia del Estado chileno, cuando permitió la contaminación de nuestros mares, por medio del vertimiento de salmones en descomposición realizado por la industria salmonera.
Hoy en día (mayo 2018), la máxima instancia de justicia nos da la razón de que este no era un tema de marea roja, sino una cuestión de destrucción del mar y un atentado contra la vida de las comunidades costeras chilotas y huilliche, porque dentro del mar buscamos nuestro sustento diario y soberanía alimentaria.
La clase empresarial concibe la producción de energía como una cuestión donde se sacrifican los territorios y el medioambiente, ¿Qué alternativas más sustentables visualizan ustedes?
En cuanto al tema de las energías renovables, creo que tenemos que tener en cuenta experiencias de otros territorios, lamentablemente el Estado va a buscar su interés orientado al beneficio económico sin querer mantener a la población informada sobre la existencia de nuevas energías que puedan dar autonomía a la población.
La visión estatal, quiere lograr imponer e extractivismo, donde las empresas privadas ponen el capital y el pueblo tiene que trabajar como obrero para ellos. Hoy en día los proyectos hidroeléctricos y parques eólicos se siguen expandiendo y siguen provocando conflictos en otras zonas como la comuna de Castro, donde una comunidad huilliche está dando la resistencia a la expansión de la red de electricidad, sin embargo, sabemos que el único que se beneficia es el gran capitalista que tiene el recurso económico en desmedro del daño y desunión que provocan en la gente.