Los empresarios gastronómicos de Cobquecura, Región de Ñuble, están optando por ofrecer pescados y mariscos capturados por la pesca artesanal de manera sustentable.
17 de octubre 2019 (Ecocéanos News).- En 2015, se presentaron 11 solicitudes de concesiones acuícolas en las costas de Cobquecura, punto turístico clave de la Región de Ñuble, que se caracteriza por sus extensas playas y la existencia de la Lobería, uno de los mayores sitios de reproducción y crianza de lobos marinos comunes (Otaria flavescens) del país.
En ese tiempo, todos los restaurantes de la comuna comercializaban salmón de cultivo industrial, ya que era uno de los platos más solicitados por sus clientes.
El mismo año, el Restaurant “Don Gualo”, ubicado en calle Rehue esquina Independencia, retiró de su menú el salmón de cultivo industrial. Su dueño Edgardo Vidal Lagos tomó la decisión al informarse sobre el daño de este producto industrial para la salud de las personas, debido al alto empleo de antibióticos, colorantes, antiparasitarios y otros químicos en su producción. A lo anterior se sumó el historial de contaminación química y orgánica generada por los centros de cultivo intensivo de salmónidos en el archipiélago de Chiloé.
“Nuestro lema era Chiloé fue primero y nosotros seremos los segundos, sino levantamos la lucha. Eliminar el salmón de criadero del menú es un tema ético. De consecuencia. Por tanto, nunca consideramos los posibles costos que esto nos podría generar”, precisa Edgardo Vidal.
El restaurant se convirtió en el espacio de reunión del Comité de Defensa del Borde Costero de Cobquecura. La carta del menú señala expresamente las razones del por qué no se sirve salmón de cultivo intensivo, destacando los impactos sanitarios y ambientales de la industria. Además, un logotipo identifica al local con dicho Comité. “Esto incentivaba a la gente a conversar, a aprender, a sumarse a la causa. Las personas que venían les gustaba conversar e informarse sobre los impactos de la industria salmonera y los proyectos en trámite en las costas de la región”.
“Con el tiempo las personas venían al local a consumir productos del mar sanos y frescos: congrio, corvina, reineta y merluza, y no de cultivo intensivo. De paso ayudamos a la economía local al comprar a los pescadores artesanales”.
Uno de los temores de la comunidad de Cobquecura era que la industria de salmón de cultivo afectara al medio marino y su biodiversidad, contaminándola con las fecas provenientes de las altas densidades de los salmones en las balsas-jaulas, el alimento (pellets) no consumidos que se depositan en el fondo marino, y el alto empleo de químicos y antibióticos.
El propietario del Restaurant “Don Gualo” asegura que seguirán en estado de alerta ante la intención de la industria salmonera de expandir su producción hacia las costas de la Región de Ñuble, y anticipa que el movimiento de ciudadanos y las comunidades organizadas, lejos de decaer, continuará fortaleciéndose. “Mucha juventud se está sumando al movimiento y son quienes tienen mayor consciencia del cuidado del medioambiente”.
El mismo año de iniciado el conflicto con las salmoneras, Javier Fierro Eljatib, dueño de Lobería Restaurant, se sumó a la campaña contra la instalación de los centros de cultivo y tomó la decisión de eliminar el salmón de criadero del menú.
Javier trabaja junto a su madre y su hermano en el restaurant, el cual opera desde hace diez años frente a las costas de Cobquecura. Los tres tomaron la decisión sin considerar los costos económicos que podría generar la medida. “Era un plato que se vendía harto, pero no dudamos en eliminarlo de la carta porque no somos de dobles discursos”.
Comenta que esta medida permitió ir generando mayor conciencia en las personas y consumidores de lo dañino del salmón químico, por lo que dejaron de solicitarlo. “La gente entendió las razones, se interesó en el tema, y se fue sumando a la lucha. La palabra lleva a la acción de no vender, ni consumir salmón (…) lo importante es ser consecuente”.
En el restaurant, ubicado frente a la lobería de Cobquecura, tiene un amplio menú de pescados y mariscos frescos: congrio, reineta, locos, corvina, merluza común, piure; y algunas especies del sur, como la merluza austral. Las empanadas de jaivas son su caballito de batalla.
Para Javier Fierro Eljatib, quien también es surfista, la victoria de Cobquecura “representa un gran golpe para las grandes empresas que han visto a la comuna como un basurero, y para los que creen que no podemos construir un movimiento social que logre frenar la imposición de proyectos contaminantes que atentan contra del desarrollo sustentable de nuestro territorio”.
“La certeza de estar dando una pelea justa frente a la instalación de una industria contaminante permitió este triunfo ciudadano”, agregó.