En la nueva sesión Ecocéanos rumbo a la Asamblea Constituyente, publicaremos diversas visiones de ciudadanos, comunidades, organizaciones y movimientos sociales respecto a este proceso que se ha iniciado en Chile a partir del estallido social. La idea es compartir reflexiones sobre la problemática socioambiental y los caminos para transitar hacia otra sociedad.
Santiago de Chile, 6 de diciembre 2019 (Ecocéanos News).- Francisca Fernández Droguett, integrante del Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT), conversó con Ecocéanos News sobre las demandas y desafíos del espacio en el marco de proceso constituyente en Chile.
El MAT ha demostrado gran capacidad de articulación y movilización de territorios a nivel nacional por la deprivatización del agua y para que el Estado garantice este vital recurso como un derecho humano.
El movimiento nace en 2013 y se define como antiextractivista y anticapitalista, con carácter plurinacional. Está constituido por organizaciones de Arica a Punta Arenas: comunidades indígenas, juntas de vecinos, organizaciones territoriales, ecologistas, de mujeres y feministas, estudiantiles, colectivos culturales, políticos, sociales, ONG’s, asociaciones de agua potable rural, entre otras.
En su declaración de principios, el MAT reafirma que mediante la lucha mancomunada y articulada contra los grandes poderes económicos y políticos, será posible recuperar los bienes comunes naturales y avanzar hacia una relación no-destructiva con los ecosistemas. «Ante la continua ofensiva de la colusión entre los grandes capitales y el Estado, es necesario que nos articulemos bajo un espíritu y un proyecto común que devuelva los bienes comunes a nuestras comunidades y ecosistemas para que éstas los gestionen colectivamente de la manera más adecuada a las particularidades de su territorio».
Bajo el actual escenario político y social en Chile, el MAT plantea como fundamental seguir levantando las demandas por la desprivatización del agua, y las alternativas que permitan transitar hacia un post extractivismo.
En enero de este año, el Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT) definió como prioridad hacer algún tipo de ejercicio para analizar las distintas visiones de la gestión comunitaria del agua en diversos territorios.
En el VII Encuentro Plurinacional por el Agua y los Territorios, realizado el 23 y 24 de marzo, en Rangue, Paine, se trabajó en la elaboración de una agenda de trabajo y movilización conjunta, y en la visibilización de la situación de escasez hídrica de la cuenca de Aculeo, territorio que se encuentra en una profunda crisis socioambiental debido al acaparamiento y desvíos de las aguas por parte de las haciendas y empresas vinculadas a la gran agricultura de exportación.
En dicho encuentro se decidió generar los Cabildos por el Agua. Así lo relata Francisca Fernández, integrante del MAT, quien precisa que los objetivos de los Cabildos fueron diagnosticar la actual situación del agua en los territorios, identificar las figuras privatizadoras, las empresas extractivas vinculadas a su usurpación, el despojo, y los niveles del derecho de aprovechamiento de agua. Para luego proponer una gestión comunitaria de este bien natural, que derivara -a partir de esta experiencia- en una suerte de decálogo de la gestión comunitaria del agua en Chile.
“Su finalidad radica en que, desde el 2013, hemos planteado que la única posibilidad real de hacer un cambio estructural respecto a la gestión del agua es a través de la derogación del Código de Aguas, vía Asamblea Constituyente. Nunca pensamos que esta reflexión iba a ser posible tan pronto. El decálogo sería presentado en la Cumbre de los Pueblos, que se realizaría en diciembre a la par de la COP25 en Chile”, asegura Francisca Fernández.
A partir del estallido social en Chile -admiten- que fueron superadas las expectativas del MAT. Si bien continúa trabajando en los Cabildos por el Agua, siendo más de 50 los desarrollados este año de Arica a Magallanes, ha debido incorporar nuevos elementos, a partir de la coyuntura, centrados en cómo pensar la derogación del Código de Aguas, a través de una Asamblea Constituyente para una nueva Constitución.
También ha logrado instalar estas temáticas en las Asambleas Territoriales y en otros Cabildos. “Como MAT nos posicionamos como anticapitalistas, anti-extractivistas, siendo necesario denunciar el capitalismo verde y el feminismo funcional, señalando que la alternativa al extractivismo es posible, desde las economías locales, territoriales y solidarias”, dice su declaración.
Para Francisca Fernández es posible la incidencia política en este proceso constituyente. “Esa es la idea, incidir. Es fundamental en este proceso de Asamblea Constituyente, que solo la entendemos como Plurinacional y Paritaria, que una de las indicaciones a incorporar sea que el agua se reconozca como un derecho humano, que implique derogar el Código de Aguas, que si bien establece que es un bien de uso público, la forma de otorgarlo es a través del derecho de aprovechamiento, que finalmente crea el mercado del agua”.
La integrante del MAT agrega que es posible una incidencia concreta porque están pensando cuáles debieran ser las características de la gestión del agua: «Primero su reconocimiento constitucional como derecho humano y por otro lado surge una apuesta, que es más riesgosa, cuál es entender el agua en sí misma como sujeto de derecho, desde la matriz de reconocimiento de la naturaleza como sujeto de derecho».
Países como Bolivia, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, India, Nueva Zelandia y Suecia ya han incluido Derechos a la Naturaleza en diferentes marcos legales, siendo Ecuador el país que ya ha reconocido Derechos a la Naturaleza en su Constitución, tales como respecto a su existencia, ciclos de vida, estructura, funciones, procesos evolutivos y restauración.
Esta semana en la Cumbre de Los Pueblos se realizó el Foro: “Experiencias Latinoamericanas de Asambleas Constituyentes y Derechos de la Naturaleza”, en la Universidad de Santiago, donde Francisca Fernández participó como panelistas, junto a representantes de Bolivia, Ecuador y Uruguay.
“La experiencia de los países Andinos es un gran insumo para elaborar una propuesta constitucional desde la lucha socioambiental. Solo la Constitución ecuatoriana reconoce a la naturaleza como sujeto de derecho, en cambio en la boliviana encontramos una serie de artículos que hacen referencia al respeto de la madre tierra”, asevera Francisca Fernández.
La Constitución de Ecuador, en su Art. 71, indica que “La naturaleza o Pacha Mama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos».
La académica y activista advierte que tal cambio constitucional “no garantiza el término de las prácticas extractivistas por parte de los Estados. Ecuador y Bolivia también tienen complejidades porque el modelo extractivista ha seguido vigente”.
EL MAT además de las diversas actividades organizadas, junto al Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), en la Cumbre de los Pueblos, participó en el 5.º Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza presentando el caso «Privatización del agua en Chile».
La demanda del MAT y del movimiento social chileno en general es la realización de una Asamblea Constituyente y no otra figura, como la Convención Constitucional, que propuso el Gobierno.
Tal Asamblea Constituyente -afirma Fernández- debe incorporar el enfoque Plurinacional, entendiendo que existen distintos pueblos, comunidades y territorios que deben ser partícipes en este proceso: pueblos originarios, afrodescendientes y migrantes.; además de ser Paritaria. «En la gestación de una Asamblea Constituyente, la elección de las y los constituyentes, no puede pasar por el sistema partidista, porque de ser así nos vamos a encontrar con una sobrerepresentación de los partidos políticos», precisa la integrante del Movimiento por el Agua y los Territorios.
En este proceso, el MAT ha tratado de instalar otras figuras posibles que den cuenta de la independencia y la realidad territorial diversa de los distintos pueblos. En este marco de violencia estructural, de represión ante las manifestaciones sociales, resulta aún más complejo. “Visibilizar las violaciones a los derechos humanos es un criterio que estamos estableciendo y por otra parte el garantizar mecanismos democráticos en la forma de gestación de la Asamblea Plurinacional Feminista Paritaria”.
Entre los grandes desafíos, Francisca Fernández menciona el interpelar a instancias como Unidad Social, donde el MAT participa, con dificultades -reconoce- para posicionar estas lecturas; además de intentar incidir en la agenda de la política pública, no siendo un camino fácil. Añade que para tales objetivos, surgen dos vías: continuar participando en los Cabildos y en las Asambleas Autoconvocadas, y seguir movilizados en la calle.