El movimiento chilote valora el proceso constituyente como la posibilidad de posicionar las demandas y las necesidades urgentes del archipiélago en los distintos espacios de participación que se han abierto en el marco de las movilizaciones sociales.
Chiloé, 10 de diciembre 2019 (Ecoceanos News).- En Chiloé, los cabildos están funcionando en todas las comunas y ha habido grandes movilizaciones sociales, siendo la más importante la acontecida en Quellón con el bloqueo a la industria salmonera durante dos semanas.
El geógrafo Álvaro Montaña, del Movimiento Defendamos Chiloé, asegura que existe una participación activa de la comunidad del archipiélago en cabildos, asambleas y en las movilizaciones sociales, donde los temas medioambiental son prioritarios.
El impacto de la industria transnacional salmonera no ha estado ajeno del debate. “Si bien la comunidad reconoce a la industria salmonera como una actividad difícil de erradicar en el corto plazo, si está instalada la opinión que es una industria que necesita ser más fiscalizada, sancionada y sobre todo elevar sus estándares ambientales, sanitarios y laborales”, asegura el geógrafo.
Agrega que “la industria salmonera es percibida de manera ambivalente. Se reconoce que cambió la historia de Chiloé, que en un primer momento generó mucha empleabilidad y aún sigue haciéndolo, y producto de lo mismo resulta difícil pensar en erradicarla de un momento a otro; pero al mismo tiempo es percibida como una industria altamente contaminante, altamente irresponsable, y que ha generado grandes daños a la cultura y al medioambiente en Chiloé”.
A través de los cabildos, Álvaro Montaña explica que están tratando de que la voz de Chiloé sea escuchada en el contexto nacional, y que el distrito -que comparten con Puerto Montt, que posee una gran fuerza demográfica-, tenga representantes ciudadanos y no operadores políticos o políticos de facto.
En este sentido, precisa que se requieren asambleístas independientes que representen las demandas transversales de Chiloé, como un trato especial por su condición demográfica y cultural, un modelo de desarrollo sostenible, pero sobre todo posicionar las prioridades históricamente postergadas de l isla: la conectividad interna, la salud y la educación de calidad. Además del “derecho a desarrollarnos de manera independiente desde nuestra condición archipelágica. El respeto a la pluriculturalidad, la ruralidad y la insularidad como determinantes básicos de nuestra calidad de vida”.
Según Álvaro Montaña, existe un centralismo que no solo afecta a Chiloé sino a todo Chile. “La nueva Constitución tiene que considerar elementos como la pluriculturalidad, ruralidad, insularidad y fundamentalmente una nueva relación con la naturaleza. Es decir, dejar de percibir a la naturaleza como una despensa para sacar y sacar recursos, y como un basurero capaz de asimilar infinitamente la descarga de contaminantes”.
Para el integrante del Movimiento Defendamos Chiloé, la Constitución de 1980 fue bastante pionera en términos de consagrar el derecho a un medioambiente libre de contaminación. Agrega dos aseveraciones de la Constitución que -dice- están olvidadas con respecto a la naturaleza: “es deber del Estado preservarla, y el Estado puede limitar otros derechos contar de preservar la naturaleza. Ese deber del Estado no se cumple, no existen mecanismos para que se ejerza, primando el modelo económico neoliberal salvaje, que en Chile podríamos definirlo como un capitalismo clientelista, donde la primacía del modelo económico está por sobre la Constitución”.
A juicio del geógrafo, en la nueva Constitución habría que mantener ese punto, pero ampliar las facultades de tutela de garantías para que esos derechos y deberes del Estado se cumplan efectivamente. “Posicionar el derecho de la naturaleza no desde el punto de vista antropocéntrico, como beneficio al ser humano, sino como sujeto de derecho, es decir desde un enfoque ecocéntrico, en que la naturaleza tenga el derecho a ser resguardada, pero también a ser restaurada”.
Álvaro Montaña destaca que no hay que olvidar que gran parte de los ecosistemas en Chile están sufriendo un serio deterioro, tal como lo establece el último Informe País: Estado del medioambiente en Chile 2018, de la Universidad de Chile, publicado hace unos días. Por tanto, -dice- hay que empezar a discutir respecto del derecho de la naturaleza a ser restaurada.
“Restaurar implica recuperar las funciones, la estructura y la composición del medioambiente. Suelos que han sido erosionados se podrían restaurar, asimismo los bosques que han sido talados o quemados. En el caso particular de Chiloé, se debe demandar la protección y restauración de los mares, por el tremendo daño causado por la industria salmonera”.
En cuanto a los desafíos del movimiento socioambiental, el integrante de Defendamos Chiloé afirma que la primera meta de aquí a abril es lograr que en el plebiscito gane la opción sí a una nueva Constitución, pero más importante aún es cómo emparejar la cancha para que efectivamente ciudadanos puedan representar demandas sociales que son transversales, de manera tal que no sean bloqueadas por la derecha y la Democracia Cristiana, los grandes sectores políticos que se han opuesto a los cambios estructurales al modelo económico chileno, acota el geógrafo.
Álvaro Montaña acota que “la prioridad es que los asambleístas constituyentes sean efectivamente personas que representen a la ciudadanía, que no sean operadores políticos, lobistas o políticos. Emparejar la cancha para que personas independientes escriban la nueva Constitución, sin olvidar por cierto todas las demandas sociales que no han sido respondidas por el presidente Sebastián Piñera, en particular el fin a las AFP y la creación de un sistema que garantice una vejez digna”.
El dirigente social aprovechó el espacio de Ecocéanos para denunciar que la cuenta de Facebook del Movimiento Defendamos Chiloé, que tiene más de 100 mil seguidores, fue censurada desde la segunda semana de movilizaciones en Chile, lo que persiste hasta hoy. “Nuestra labor es informar, comentar los temas políticos sociales, las reivindicaciones de las comunidades, pero nunca publicaciones con incitación al odio”.
Una clara censura a la libertad de expresión hacia medios alternativos, cada vez más habitual en el contexto del estallido social en Chile y la arremetida represiva dictatorial del régimen de Sebastián Piñera.