El informe preliminar presentado este 15 de diciembre por el INDH describe diversos conflictos vinculados a los derechos humanos, y realiza diversas recomendaciones a los Estados, entidades bancarias e instituciones financieras, a la sociedad civil, y a la industria de la salmonicultura exportadora.
Santiago, 16 de diciembre de 2020. (Ecoceanos News)– El Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (INDH), presentó un avance de resultados del proyecto «Océanos Sostenibles” , iniciativa que lleva a cabo una evaluación de impacto en los derechos humanos al interior de la industria salmonera chilena. Este proyecto es el producto de una colaboración entre el Instituto Danés de Derechos Humanos y INDH de Chile, y cuenta con el apoyo de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional.
El objetivo de esta iniciativa es documentar los diversos impactos que esta industria tiene sobre los derechos humanos en los ámbitos laborales, socioambientales y de pueblos indígenas. Para ello, el INDH realizó entrevistas a 261 personas de las regiones de La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén, Magallanes, Valparaíso y Metropolitana. También recurrió a fuentes secundarias, tales como artículos académicos y de prensa, fallos judiciales, e informes gubernamentales, de organizaciones de la sociedad civil y del gremio de la industria salmón.
El informe preliminar presentado este 15 de diciembre por el INDH describe diversos conflictos vinculados los derechos humanos, y realiza diversas de recomendaciones a los Estados, entidades bancarias e instituciones financieras, a la sociedad civil, y la industria de la salmonicultura exportadora.
Después de la revisión por el Consejo del INDH, la entrega del reporte final del proyecto se estima ocurrirá en el primer trimestre de 2021.
El informe preliminar describe algunos de los impactos de las empresas salmoneras vinculadas a las largas jornadas de trabajo.Allí señala que «en Aysén y Magallanes son habituales los turnos de 14 días seguidos». lo cual «afecta la vida familiar y la salud mental de las personas trabajadoras». En el caso de las plantas de proceso «existe un inadecuado uso del contrato por obra y faena (para labores que son continuas)», lo que «pone en riesgo el derecho a vacaciones pagadas, el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, y el derecho a la sindicalización».
Respecto al trabajo de las mujeres en las plantas salmoneras, «se ven afectadas especialmente las trabajadoras por los turnos de noche. Esto conlleva cansancio permanente, dificultades relativas al cuidado de los niños y mayor riesgo en el traslado de vuelta a casa».
También se describe los efectos sobre la cultura y los modos tradicionales de vida de las comunidades locales: «La llegada de la industria llevó a una disminución de prácticas ancestrales y comunitarias», lo cual «pone en riesgo el derecho a tomar parte y participar en la vida cultural», señala el INDH.
Ejemplifica esta situación el testimonio de una entrevistada la que señaló «la empresa exigió un 100% de trabajo. Y las costumbres son, que si hay la muerte de algún vecino, es sagrado de participar en las tradiciones. Entonces se hace una novena, donde se reúne la comunidad para acompañar a los deudos. Y esas cosas no se respetaron».
También el informe precisa que entre 2004 y 2017, se registraron «32 personas muertas en labores de buceo en empresas salmoneras, y muchas más tienen enfermedades asociadas a accidentes».
Impactos socio-ambientales
En un listado preliminar de impactos ambientales, el reporte del INDH destaca:
• Presencia de residuos industriales en playas, aguas y fondos marinos
• Uso de químicos y antibióticos, no inocuos para los seres humanos, ni otras especies marinas
• Alteraciones en el fondo marino
• Frecuentes escapes de salmones al medio acuático
• Muertes masivas de salmones y vertimientos al medio marino
• Afectaciones a la biodiversidad acuática (mamíferos marinos y otras especies)
• Contaminación de los cursos de agua dulce
• Ocupación de espacios que tradicionalmente eran libre de acceso
Entre los testimonios de representantes del pueblos indígenas, sociedad civil, y una pobladora de la región de Los Lagos) se registra uno que indica «la mantención de los motores y de las pangas se realizaban ahí mismo. Se veían las manchas de aceite que quedaban cuando empezaba a volver la marea. Si uno iba a mariscar cerca, los mariscos estaban contaminados con el sabor de aceite o de petróleo. Era del sabor. Uno ni siquiera necesitaba especular, era real. Entonces se dejó de consumir en ciertos puntos los mariscos, porque ya estaban contaminados».
En la región de Aysén, diversos entrevistados señalaron, «..creo que hoy la principal queja o crítica pública que tiene la industria del salmón es, no haber sido capaz de finalmente llevar sus desechos a un lugar donde deben ir los desechos. La gran crítica es que hoy hay mucho plástico, muchos insumos vinculados a la industria del salmón diseminado en los fiordos, y los canales. Es como una dicotomía, porque la industria vende pristinidad, vende estar precisamente en un lugar geográfico prácticamente único en el mundo, pero son ellos, directa o indirectamente, los que no han sabido controlar eso «.
«… las aguas que entregan posteriormente al río son aguas con fecas, con desechos de alimentos. Son los principales factores de contaminación que presenta el lago. Focos de nitrógeno, fuera del aporte de antibióticos. Ultimamente hemos detectado el aporte de sal (…). Entonces, eso está dañando muchísimo nuestro ecosistema». (Entrevista a 4 mujeres y 3 hombres de la sociedad civil de la región de la Araucanía).
Respecto a la actual institucionalidad ambiental, la principal observación fue que sólo el 0,5% de los proyectos de inversión de la industria salmonera ingresaron a tramitación gubernamental ambiental con un Estudio de Impacto Ambiental. Este es un informe riguroso, que contempla un proceso de participación, observación y críticas de la ciudadanía afectada. Por el contrario, en Chile un 99,5% de los proyectos de inversión de las grandes empresas salmonera obtuvieron sus permisos, o Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA), con una simple Declaración de Impacto Ambiental (DIA), el cual es un trámite meramente administrativo para las empresas.
Recomendaciones del INDH a los Estados
El reporte recomienda preliminarmente a los diversos Estados vinculados con esta industria:
– Reconocer públicamente que la industria salmonera en Chile ha tenido y sigue teniendo impactos negativos a distinto nivel, incluyendo impactos en los Derechos Humanos, y comprometerse con la búsqueda de mecanismos (desde una mayor investigación hasta la elevación de estándares) para asegurar que cualquier desarrollo futuro de la acuicultura sea económicamente viable, socialmente equitativo y ambientalmente sostenible.
– Dar cabal cumplimiento a las obligaciones extraterritoriales de estos Estados en materia de Derechos Humanos a través de la adopción de medidas administrativas o legislativas, de modo de evitar que las empresas en ellos domiciliados vulneren los DD.HH. a través de sus actividades salmonicultoras en Chile, y en particular los derechos de los pueblos indígenas.
– Emprender acciones para que los bancos, las agencias gubernamentales y otros organismos relevantes a nivel nacional e internacional, no financien ni promuevan el desarrollo de inversiones en la industria salmonera que no tengan compromisos formales de respetar los derechos humanos o que sus acciones sean incosistentes con los criterios para proteger y reducir impactos en los DD.HH.
– Promover la realización de procesos de “debida diligencia” en Derechos Humanos por parte de las empresas principales y contratistas; y también de proveedores y toda otra relación comercial. Además, exigir a las empresas de la industria salmonera el establecimiento de compromisos en esta materia, que puedan ser incorporados formalmente en el Plan de Acción Nacional de Derechos Humanos y Empresas (E)
– Impulsar la discusión a distinto nivel para la propuesta de un proyecto de Ley de Responsabilidad Empresarial y Debida Diligencia, que establezca las obligaciones de los actores privados en materia de DD.HH. (E.L)
– Modificar criterios asociados al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), estableciendo mayores exigencias a los proyectos de inversión de la industria salmonera, para que lleven a cabo EIA, y procesos de participación ciudadanía de manera obligatoria, y de consulta indígena cuando sea el caso, promoviendo cambios legislativos para que las comunidades puedan incidir de manera afectiva en los procesos y planes de desarrollo de us territorios.
– Adoptar compromisos por escrito a nivel de gerencia y directorios respecto del respeto a los derechos humanos en general, y los derechos de los pueblos indígenas en particular.
– Realizar procesos de debida diligencia consistentes con los Principios Rectores. Eso significa:
1. Identificar y evaluar los impactos reales y potenciales sobre los derechos humanos.
2. Actuar e integrar los hallazgos de la evaluación en un plan de manejo para las operaciones;
3. Seguimiento y monitoreo del desempeño en la gestión de impactos
4. Comunicar ese desempeño a las partes interesadas relevantes.
– Requerir los mismos estándares internacionales a sus contratistas, capacitándolos y equipándolos para ello. En esa línea, mantener políticas de subcontratación y códigos de conducta en que requiera a contratistas y proveedores, respetar la legislación nacional, laboral, social y ambiental, o las normas internacionales (dependiendo de cuál es la más estricta), y otorgar condiciones de trabajo digno.
-Apoyar a las comunidades locales afectadas por la industria para que los impactos negativos se prevengan, mitiguen y obtenga reparación. Por ejemplo, mediante asesoría legal, el seguimiento de los proyectos de inversión, la presentación de observaciones, el desarrollo de capacidades en las comunidades para participar en los procesos de consulta y la sensibilización y capacitación de los afectados por la industria salmonera.*****FIN*****