Las organizaciones exigen al Gobierno que aplique la ley de protección cetácea del 2008, que haya una moratoria a la expansión de la industria salmonera y que se apliquen los planes de contingencia para proteger a las especies en peligro.
Publicado en el Diario de la Universidad de Chile
13 de agosto 2023
El director de Ecoceanos, Juan Carlos Cárdenas, criticó la falta de voluntad política de los distintos gobiernos para aplicar la Ley de Protección a los Cetáceos o Santuario de Ballenas, lo que ha traído como consecuencia que especies como la ballena Franca Austral estén en peligro de extinción.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, Cárdenas dio a conocer la campaña que, junto al Centro de Conservación Cetácea, están impulsando en el contexto de la conmemoración de los 15 años de la ley de protección de ballenas, para exigir al Gobierno un conjunto de propuestas para la implementación efectiva de la norma.
El médico veterinario explicó el impacto que está generando la industria salmonera en el sur del país, con el incremento de alrededor de mil naves de transporte salmonero que están operando entre Chiloé y Magallanes. “Estamos, primero, demandando al Estado chileno que aplique la ley de protección cetácea del 2008 que este año cumple 15 años de su promulgación. Segundo, que haya una moratoria a la expansión de la industria salmonera y de la flota asociada a ella, que está generando estos impactos. Y tercero, que se apliquen los planes de contingencia para interacciones letales entre la actividad pesquera industrial y artesanal y los mamíferos marinos y también de las operaciones de los centros de cultivo de salmón y que esa información sea pública y esto en el contexto de lo que va a ser la aplicación del acta de protección de mamíferos de Estados Unidos en Chile”.
-¿Cuál es el problema que existe con los cetáceos en la zona sur del país?
En el Pacífico Sur está ubicada una de las cinco regiones más productivas del planeta con una gran biodiversidad. Y esta zona es un área de activa expansión al día de hoy de las operaciones de pesca industrial, pero sobre todo de la salmonicultura exportadora que está en proceso de expansión territorial y productiva y que apunta en los próximos años a duplicar las actuales producciones. Esto ha ido asociado al aumento de lo que es la actividad naviera y de la flota que transporta la carga de infraestructura y también salmones desde los centros de cultivo en la Patagonia hacia las plantas procesadoras y que abarca un área donde hay una gran presencia de ballenas”.
-¿Qué implica esto para las especies que se encuentran en la zona?
Se supone que el 40% de las especies descritas a nivel global se encuentran ubicadas en la Patagonia chilena donde están estos procesos de expansión. Esto ha significado un proceso de aumento de la mortalidad de ballenas, fundamentalmente por actividades de colisiones con esta flota que está incrementándose. Ha aumentado en un 200% en este último periodo en la región, pero también situaciones de enmallamiento en los centros de cultivo de salmón, donde hay cerca de mil 400 centros de cultivo en la regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes. Esta situación está afectando de manera letal a una serie de ballenas en peligro en situación crítica como la ballena Azul, ballena Jorobada, la ballena Franca, de las cuales existen una población de menos de 50 ejemplares adultos y que en este último tiempo ha estado evidenciando los niveles de impacto sobre esta disminuida población. A esta especie se agregan la ballena Sei y ballena de Aleta que también están siendo impactadas por las operaciones industriales en las regiones de la Patagonia chilena.
-¿Hay antecedentes sobre la pérdida de especies?
Se han registrado en la última década alrededor de 40 ejemplares que han varado con interacciones con estas dos industrias. Y esta campaña de alerta se da en el contexto de que a partir del 1 de enero del próximo año comienza a aplicarse en Chile una legislación extra nacional de Estados Unidos que es el Acta de Protección de Mamíferos Marinos, que coloca el tema de los impactos de la actividad pesquera y de la salmonicultura en un contexto de comercio internacional y de potencial cierre de los mercados de exportación de salmones y de pescado, si no alcanzan los estándares de la legislación norteamericana y esta situación cambia diametralmente el contexto del problema ambiental en la Patagonia chilena.
-¿Qué valoración hacen de esta Acta?
Lo valoramos como una medida que obliga al Estado chileno a que tenga que adoptar una serie de medidas de protección formales sobre mamíferos marinos en general y ballenas en particular. Pero al mismo tiempo estamos pidiendo que haya transparencia en la aplicación de esas medidas y que se fiscalice. Entonces nosotros valoramos eso. Ahora, también a nosotros nos llama la atención que haya tenido que ser una legislación de Estados Unidos, que es el principal mercado de destino de las producciones pesqueras y salmoneras, la que haya obligado a que el Estado tenga que avanzar en la protección de la especie de mamíferos marinos. En Chile existen 53 especies de mamíferos marinos y de ellas 44 son cetáceos, que mayoritariamente se encuentran en la Patagonia y estas actividades pesqueras y de salmonicultura están afectando las áreas de reproducción de crianza de alimentación y la rutas migratorias de las poblaciones de ballenas que existen en el sur de Chile y que son mayoritariamente especies en peligro de extinción.
-¿Se refiere a las ballenas en general o la ballena Franca Austral en particular?
La ballena Franca Austral es la que está en una situación de mayor vulnerabilidad ya que existen 50 ejemplares adultos en las aguas de Chile y Perú, es una especie que se ubica en esta zona. Pero también está asociado a la presencia de ballena Azul, Jorobada, Sei y Aleta y nuestro país no ha estado a la altura de su obligación de protección de estas poblaciones que la obligan los acuerdos internacionales en la cual ella es parte. Recientemente la Comisión Ballenera Internacional desarrolló un taller en el que hace una serie de propuestas al Gobierno de Chile, identificando la actividad salmonera como una de las principales amenazas para la recuperación de las poblaciones de ballenas en el sur de nuestro país.
-¿La ley sobre Santuario de Ballenas no es suficiente?
No, no ha habido voluntad política de aplicarla efectivamente. El valor es que esta ley es que fue generada por un amplio movimiento ciudadano en el año 2008 que tuvo una participación de las comunidades costeras, organizaciones de la pesca artesanal y fue apoyada y aprobada por mayoría en el Parlamento con el respaldo del gobierno de Michelle Bachelet. Entonces lo que estamos exigiendo es que la actual administración la utilice para ejercer todas las acciones de protección que contiene.
-¿Van a plantear esta problemática al Gobierno?
Nosotros vamos a iniciar una campaña en el contexto de la conmemoración de los 15 años de la ley de protección de ballenas, pero al mismo tiempo vamos a exigir al Gobierno que aplique un conjunto de propuestas que tienen que ver con la implementación efectiva de esta ley, pero también la moratoria del control de la expansión de la industria pesquera y sobre todo de la industria salmonera, del impacto y la regulación por ejemplo de lo que es la expansión de la flota naviera asociada a la industria salmonera y también los impactos que de allí se derivan. Por ejemplo, el tema de la contaminación sónica submarina que está generando a partir del aumento de la actividad industrial de la expansión de la actividad industrial pesquera y acuícola del sur de nuestro país y el tema del control de las colisiones entre la flota naviera con los ejemplares de ballenas presentes en la zona.