En riesgo de «desaparecer» o «morir» en un par de años. Así de categóricas son las opiniones en los sectores estatal y privado del rubro pesquero al momento de analizar la situación de la pesquería más tradicional de Chile: la merluza común, también conocida como «pescada».
Esa negativa visión se sustenta, más aún, al revisar las crecientes cifras de pesca ilegal de este recurso que está sobreexplotado. Entre enero y junio de este año, la extracción fuera de norma de merluza aumentó 102% anual medido en volumen, alcanzando las 264 toneladas. A la vez, la cantidad de citaciones a tribunales a los infractores en ese lapso llegó a un total de 187, elevándose 115% anual. Esos incrementos son muy superiores al compararlos con los resultados a nivel nacional de pesca ilegal en las diferentes pesquerías locales.
El director nacional de Sernapesca, José Miguel Burgos, explicó que el incremento de la ilegalidad se debe a una fiscalización más amplia y efectiva de la autoridad, pero también obedece al efecto -indirecto- de la caída en las cuotas legales de pesca de merluza común.
La cuota autorizada para la «pescada» en 2015 es de 23 mil toneladas, y si bien es mayor a las 19 mil de 2014, representa casi la mitad del promedio -42 mil toneladas- otorgado en el lapso 2012-2013. Antes, en 2003 y 2004, se aprobaron cuotas máximas de 139.500 toneladas, aunque los desembarques efectivos fueron inferiores.
Burgos sostuvo que la entidad que lidera está impulsando una campaña de fiscalización fuerte junto al Servicio de Impuestos Internos, Aduanas, Carabineros, la PDI y la autoridad marítima.
«Estamos trabajando para que la merluza, que es la pesquería tradicional de los chilenos, se mantenga en el tiempo. El riesgo es que desaparezca, también que se haga muy cara debido a su escasez, y esto es un plato común para los chilenos», comentó.
Si bien la captura fuera de norma se produce en varias regiones del país, al Sernapesca le preocupa principalmente la zona del Maule. El destino de estos productos es el consumo interno mayoritariamente.
Medidas adicionales
Durante todo septiembre próximo regirá la veda de la merluza entre las regiones IV y VIII, la que se aplica ese mes por motivos biológicos, ya que se trata del periodo de reproducción de la merluza. Este año, la campaña «Paremos el merluceo» convocará a la ciudadanía a no consumir merluza fresca, dijo Burgos.
Otra medida obligatoria es la exigencia, a partir de este 9 de agosto, del uso de posicionadores satelitales para la flota artesanal. Afecta a unas mil embarcaciones, de las cuales hasta el miércoles pasado, solo el 15% contaba con este dispositivo.
El sector industrial está preocupado por la pesca ilegal y plantea medidas de solución. El presidente de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), Luis Felipe Moncada, estimó que la extracción fuera de norma duplica a la cuota legal, es decir, llegaría a las 40 mil a 50 mil toneladas anuales. «Esto significa una muerte anunciada para el corto plazo de este recurso en el país». Si bien aplaudió las medidas implementadas por el Sernapesca, afirmó que la «verdadera y definitiva forma de acabar con la pesca ilegal es que exista certificación en todas las caletas». Añadió que existe una fracción de flota artesanal que hoy pesca «lo que quiere, recala a la hora que quiere y declara lo que quiere».
Precisó que se requieren fiscalizadores estatales las 24 horas en las caletas para vigilar las operaciones de pescadores ilegales, que están apoyados por «una mafia que son los compradores de pesca ilegal», afirmó.
Para el presidente de la Sonapesca, Francisco Orrego, la extracción ilegal afecta a artesanales, medianos y grandes actores del rubro. Añadió que debe ser abordada con fiscalización y educación. «La pesca ilegal es un competidor desleal. Depreda, afecta los precios y no respeta los derechos de los trabajadores», sostuvo Orrego.
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Lunes, 10 de agosto de 2015 Marco Gutiérrez V. Economía y Negocios El Mercurio