Es poco viable la creación de una real y extensa AMP-MU durante el próximo gobierno , ya que es sabido de las exigencias de la multigremial empresarial contra las demandas de recuperación de territorio costero de parte de los pueblos originarios y el rechazo a la creación de nuevas áreas marinas protegidas.
Juan Carlos Cárdenas N.
Director Ejecutivo
Centro Ecoceanos
01 de febrero de 2018
Una sociedad no sólo se valora por lo que protege, sino también por lo que decide no destruir. Esto nos permite reflexionar sobre el alcance de la frase deslizada por la presidenta Michelle Bachelet durante la firma de los decretos supremos que crearon la Red de Parques Nacionales de la Patagonia. Allí, con exquisita ambigüedad, la presidenta señaló “ porque yo sé que hay alguna gente que está interesada, el ministro Mena pronto vendrá acá a trabajar en el expediente para la eventual Área Marina Protegida de Múltiples Usos, que también ha sido una petición, pero que se va a trabajar como corresponde”.
Con ello, la presidenta Bachelet daba inicio a una estrategia mediática que le permitiera compensar la creación del mega parque nacional Kawésqar con su mar adyacente amputado, para beneficiar los intereses de la industria productora y exportadora de salmónidos, y al mismo tiempo continuar dando esperanza a las comunidades canoeras que su promesa no cumplida de protección ambiental de su maritorio ancestral seguía en pié.
Para ello anuncia una visita “express” que realizará el ministro de medio ambiente Marcelo Mena el 5 de febrero a la región de Magallanes. Allí se le consultaría a las comunidades para que se elaborara posteriormente un expediente, para la “eventual” creación de un Área Marina Protegida de Múltiples Usos (AMP-MU).
Resulta evidente que a menos de 30 días para el término de su mandato, dicha promesa es un gesto simbólico, ya que el proceso legal e institucional para la creación de un AMP-MU requiere de dos a tres años, sin contemplar las potenciales impugnaciones que realizarán las compañías pesqueras, salmoneras y de mitilicultura industrial, muy sensibles ante la creación de nuevas áreas marinas protegidas en la Patagonia.
Llama la atención que la presidenta señalara en su discurso “yo sé que hay alguna gente que está interesada…”. Con ello se refería a las 12 comunidades Kawesqar que fijaron su posición de que sólo apoyarían la creación del parque nacional del mismo nombre, sólo si contemplaba la protección del prístino mar circundante. Esta exigencia está contenida en el documento final de la consulta Indígena realizada por el Estado chileno entre julio y octubre del 2017, en cumplimiento de los compromisos derivados del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de Naciones Unidas.
Resulta decidor que el ministro Mena, con posterioridad a la consulta indígena, junto a los ministerios de Bienes Nacionales y Economía, excluyeron sistemáticamente a las comunidades Kawésqar de toda participación en el proceso de creación del parque nacional, negándoles la entrega de la información legal y cartográfica solicitada.
La visita relámpago que realizará el ministro Mena a las comunidades Kawésqar para llevar adelante la creación del AMP-MU es contradictoria, ya que como presidente del autodenominado “Consejo de Ministros para la Sustentabilidad”, apoyó en abril del 2017 y aprobó, junto con el ministro de economía de la época Felipe Céspedes, la eliminación de la protección ambiental para las aguas circundantes a lo que sería el parque nacional Kawésqar. Por lo tanto, se presagia que la fugaz visita de Mena a Magallanes sólo será una operación de marketing político-comunicacional, a la cual nos tiene acostumbrado el mediático ministro de medio ambiente.
Llama la atención que de manera previa a la visita de este Secretario de Estado, la industria salmonera se encuentra negociando directa e indirectamente con funcionarios sectoriales salientes, y sectores de las comunidades Kawésqar no vinculadas al mar. Esto, para obtener su apoyo tanto a las re-localizaciones de los centros de cultivo de salmónidos que deben salir de las inmediaciones del parque nacional Alberto De Agostini, así como a la futura ocupación de aproximadamente 50 nuevos centros salmoneros en las aguas circundantes al parque terrestre Kawésqar, a cambio de la entrega de apoyos asistencialistas y de participar en una no definida “co-administración” del recién creado parque nacional
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Las aguas marinas en torno este Parque son estratégicas para la reubicación de las concesiones de la industria de salmónidos, así como para la expansión territorial de esta industria exportadora, la que triplicará sus actuales producciones anuales en aguas magallánicas para el 2022.
En la actualidad existen 126 concesiones salmoneras otorgadas en esta Región, mientras otras 409 nuevas concesiones, esperan la aceptación gubernamental
Es poco viable la creación de una real y extensa AMP-MU durante el próximo gobierno , ya que es sabido de las exigencias de la multigremial empresarial contra las demandas de recuperación de territorio costero de parte de los pueblos originarios y el rechazo a la creación de nuevas áreas marinas protegidas
Es así que la industria salmonera, pesquera, de mitilicultura industrial y naviera, e incluso sectores de la pesca artesanal, se han unido para exigir al nuevo gobierno la no renovación del Convenio 169 de la OIT y la impugnación a la Ley de espacios costeros de pueblos originarios (Ley Lafkenche). Esto evidencia la poca viabilidad política para que se avance en la creación de una real AMP-MU que proteja al maritorio (Kawesqar Waes) y su biodiversidad.
Para el Centro Ecocéanos, en toda esta trama existe una abusiva situación administrativa que evidencia una vez más la aplicación de la histórica política del Estado chileno, en alianza con el empresariado de turno, de genocidio y asimilación cultural de los pueblos canoeros nómades de la Patagonia.
En este escenario las comunidades Kawésqar deberán aprender a lidiar en sus territorios ancestrales con la existencia de un mega parque terrestre concesionado y administrado de manera privada, bajo el control de operadores internacionales de turismo, unido al saqueo y mercantilización de su maritorio, en el contexto de un destructivo proceso de expansión de los monocultivos industriales de salmón y mitílidos destinados en un 98 por ciento a la exportación….
Una sociedad no sólo se valora por lo que protege,sino también por lo que decide no destruir.