La reciente denuncia sobre el falseamiento de la cantidad de peces muertos en un centro de cultivo de la compañía noruega encendió las alarmas sobre si la práctica u otro tipo de ilegalidades es frecuente en las empresas del rubro. Organizaciones ecologistas llaman a intensificar las fiscalizaciones por parte de los organismos estatales.
Por: Rodrigo Fuentes Radio Universidad de Chile 29 de junio 2019
La eventual adulteración de información sobre peces muertos por parte de la empresa Nova Austral puede ser la punta del iceberg de una práctica habitual en todas las compañías dedicadas al cultivo y exportación de salmón en el país.
Esta es la premisa que, coincidentemente, apuntaron distintas ONGs especialistas, dedicadas a proteger, restaurar los océanos y sus recursos pelágicos.
Esto, después de conocida la denuncia difundida por El Mostrador la semana pasada, donde se acusó a la empresa de capitales noruegos de aplicar dobles conteos para falsear las estadísticas de mortalidad de sus salmones, con el supuesto fin de ocultar los números reales a Sernapesca y, así, evitar multas y el descrédito internacional.
Para el director ejecutivo de la ONG Ecocéanos, Juan Carlos Cárdenas, el ilegal método de la compañía es de uso común en la industria transnacional presente en la zona sur y austral del país. Práctica- precisó- que no pueden hacer en su país de origen.
“Pone también en tela de juicio la anunciada estadística de Sernapesca y las compañías, por la caída en un 24 por ciento del empleo de antibióticos el año pasado, en la industria salmonera chilena. Aunque es la propia industria la que entrega esta estadística, por lo tanto, estas irregularidades ponen en cuestionamiento todo el sistema de control ambiental y sanitario del Estado, especialmente en Aysén y Magallanes”, afirmó.
Juan Carlos Cárdenas agregó que la denuncia expone la “precaria” fiscalización que realiza en Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) para el control efectivo de la industria, además del proceder ético de los médicos veterinarios en los centros de crianza. Para él, se pone en tela de juicio todo el sistema de certificación oficial de los salmones de cultivo en Chile.
Al respecto, la directora Ejecutiva Océana Chile, Liesbeth van der Meer, indicó que el falseamiento puede ser una realidad generalizada, ya que la ley chilena es tan laxa que una compañía salmonera puede omitir o mentir información hasta tres veces en un período de cuatro años, antes de que esto signifique caducar su concesión.
“El incentivo para reportar menos mortalidades es que si tú tienes un centro con un gran índice, ante la evaluación anual de criterios de siembra para el próximo año, la subsecretaría de Pesca tiene la facultad de castigar a ese centro y exigir que disminuyan las densidades, es decir, el número de salmones por metro cúbico. Esto es algo que definitivamente afecta la rentabilidad y la proyección de crecimiento de las empresas, como, por ejemplo, Nova Austral, que se vanagloria con distinciones por sustentabilidad”, argumentó.
Desde Greenpeace, en tanto, emplazaron a Sernapesca a iniciar una investigación en profundidad.
La coordinadora del área de océanos de la organización, Estefanía González, indicó que se debe indagar no solo a Nova Austral, sino que a todas las compañías productoras y exportadoras de salmón presentes en la zona sur y austral del país.
“Es gravísimo lo que está pasando acá y, efectivamente, dudamos de toda la información pública que hay sobre la salmonicultura. No es la primera vez que nos enfrentamos a información falseada por parte de la industria”, aseveró.
Al respecto, Sernapesca anunció, a través de un comunicado, una investigación para corroborar la veracidad de la denuncia emanada desde Magallanes por la posible adulteración de la información declarada de mortalidades de salmones en cultivos, a través de la entrega de una serie de antecedentes y archivos por parte de Nova Austral con el fin de cruzar datos sobre producción, cantidad de peces, índices sanitarios, entre otros datos.