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Declaración Pública

Campaña #SalmónQuímicoFuera
Nuestro menú y el mar libre de salmón industrial
salmonquimicofuera.cl


Por la defensa de la salud pública, los ecosistemas acuáticos, la soberanía alimentaria, y los derechos de consumidores, comunidades costeras y pueblos originarios

Las masivas producciones de salmónidos de cultivo industrial, las cuales alcanzaron las 842.679 toneladas durante el 2018, ubican a Chile como el segundo productor mundial de salmón Atlántico (Salmo salar) detrás de Noruega y el primero de trucha arcoiris (Oncorhynchus mykiss). El cultivo de estos peces carnívoros introducidos en aguas chilenas se encuentra asociado al uso intensivo de recursos naturales (agua dulce, territorios costeros, pesquerías silvestres transformadas en harina de pescado, energía barata, y mano de obra local), unido al empleo de capital financiero, biotecnología y una gran variedad de insumos químicos y productos farmacéuticos.

Las altas densidades de salmones en las balsas-jaulas, junto a la intensidad de sus procesos productivos, hacen que estos peces sean muy vulnerables a las enfermedades virales, bacterianas y parasitarias. Para enfrentar esto, la industria emplea de manera masiva e indiscriminada una gran variedad y volumen de químicos, tales como antibióticos, antiparasitarios, colorantes, desinfectantes, sustancias antifúngicas (anti-hongos) y antifouling (anti-adherentes). Todo esto genera devastadores impactos sobre el medio ambiente y la biodiversidad acuática y terrestre, especialmente en el archipiélago de Chiloé y las regiones patagónicas de Aysén y Magallanes. En los últimos 20 años, la expansión territorial y productiva de esta industria ha introducido más de 20 enfermedades bacterianas, virales y parasitarias en aguas chilenas.

En la actualidad, el 98% de la producción chilena de salmones y truchas se exporta, lo que deja en evidencia que esta mega industria se comporta en nuestras costas como un enclave económico de tipo colonial, con un escaso vínculo con las necesidades de alimentación nacional y trabajo decente, transformando a los territorios costeros en “zonas de sacrificio”. Esta industria muestra su fase sucia al depositar toneladas de contaminantes químicos y orgánicos en los ríos, lagos,  y zonas costero-marinas, mientras su cara limpia es la exportación de sus salmones a Estados Unidos, Japón, Brasil, China, Rusia, Unión Europea, y otros 70 mercados internacionales.

La salmonicultura chilena es la que utiliza los mayores volúmenes de antimicrobianos en comparación a otros países. El 95% del volumen total de antibióticos que se importa anualmente en Chile es consumido por salmones de criadero, superando ampliamente lo que se emplea en medicina humana. Durante 2016 fueron utilizados 540 gramos de antibiótico por cada tonelada de salmón producido, volumen que superaba en 700 veces lo que se empleó en Noruega, principal productor mundial. Cifras oficiales señalan que el 2018 se habrían empleado 322,7 gr. de antimicrobianos por cada tonelada de salmón producido. Para colocar en contexto, la industria de producción bovina emplea como promedio mundial 45 gr. de antibióticos por tonelada de carne producida.

Resistencia bacteriana: Uno de los mayores desafíos del siglo 21. La resistencia bacteriana, junto con el cambio climático, la crisis de los océanos y del agua, y la pandemia de la obesidad, constituye uno de los mayores desafíos que enfrentan las sociedades humanas y los sistemas que sustentan la trama de la vida en el planeta de cara al siglo 21. Durante décadas, los oligopolios productores de proteína animal y la industria farmacéutica transnacional han invisibilizado la grave amenaza que representa el empleo abusivo de antibióticos y quimioterapéuticos para la salud pública, el medio ambiente y los derechos ciudadanos.

La Organización de las Naciones Unidas advirtió que de no tomarse medidas urgentes para controlar del abusivo empleo de antimicrobianos, el 2050 morirán anualmente 10 millones de personas por falta de antibióticos eficaces para combatir enfermedades que alguna vez sí fueron tratables. La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) desarrollan una campaña mundial tendiente a proteger la salud pública y el medio ambiente del empleo abusivo y no regulado de antimicrobianos y de la amenaza de la resistencia bacteriana.

Los consumidores deben saber que los antimicrobianos que se emplean indiscriminadamente en salmones industriales tienen la capacidad de modificar su flora bacteriana normal, ya que las bacterias existentes en el alimento medicado (pellets), y las fecas que eliminan estos peces al medio marino pueden transferir genes de resistencia a las bacterias que normalmente habitan en los seres humanos, animales y ecosistemas terrestres y acuáticos. Diversas investigaciones en la Región de Los Lagos/Chiloé registran residuos de tetraciclinas y quinolonas en peces silvestres de consumo humano, y sedimento marino adyacente a los centros de cultivo.

Luego de 25 años de presencia de la industria salmonera, el archipiélago de Chiloé constituye un laboratorio mundial natural para el monitoreo de los efectos de la resistencia bacteriana en las cadenas tróficas, la biodiversidad marina, y la salud de los trabajadores del salmón, sus familias y comunidades locales.

Los impactos de los centros de cultivo de salmones en el archipiélago de Chiloé

La producción de 842.679 toneladas de salmónidos cuadruplica las capacidades de carga de los frágiles ecosistemas acuáticos del sur de Chile. Esta intensa presión industrial se encuentra unida a la emisión diaria de miles de toneladas de contaminantes químicos y orgánicos. Estos residuos ricos en fósforo y nitrógeno, proveniente de las fecas de salmones y del alimento no consumido, caen al fondo marino, generando las condiciones para las periódicas floraciones algales y procesos de eutroficaciòn o anoxia de los fondos marinos, los que tienen graves consecuencias para la salud humana, la biodiversidad marina y la economía de las comunidades de pescadores y recolectores de algas y mariscos del sur de Chile

Las abusivas situaciones de expansión de la industria salmonera en áreas cordilleranas y costeras imponen cambios excluyentes en la vocación territorial y las economías regionales, cuyas comunidades dependen tradicionalmente de la agricultura, ganadería, turismo, pesca y recolección de pequeña escala, a la vez que afectan los derechos ancestrales del pueblo Mapuche, las comunidades chilotas, Kawésqar y Yagan en la Patagonia.

La intensa utilización de las sobreexplotadas pesquerías de jurel, sardina y anchoveta entre otras, permite que millones de toneladas de peces silvestres sean destinados anualmente a la elaboración de harina y aceite de pescado para alimentar salmones y truchas de exportación. Esto tiene un impacto negativo en la seguridad alimentaria nacional y regional, ya que cada tonelada de salmón producido, requiere de entre 3 a 5 toneladas de peces silvestres convertidos en harina y aceite de pescado.

En lo laboral, las permisivas leyes y normativas vigentes, unidas a los débiles mecanismos de control y monitoreo del Estado, posibilitan que tanto las empresas nacionales como transnacionales que operan en Chile, violen la ley y apliquen dobles estándares laborales y sociales. Ejemplo de ello es que entre marzo del 2013 y enero 2019 han muerto 31 trabajadores en centros de cultivo, plantas de procesamiento y transporte marítimo y terrestre. Esto significa que las salmoneras que operan en Chile presenta las mayores tasas de accidentabilidad y mortalidad de la industria salmonera a nivel global.

Las sucesivas crisis sanitarias, ambientales y sociales ocurridas durante la última década en el archipiélago de Chiloé y las regiones patagónicas de Aysén y Magallanes demuestran que la industria salmonera es ambientalmente insustentable, y constituye una grave amenaza para la salud pública, la seguridad alimentaria, los intereses de los consumidores, los derechos de las comunidades costeras y pueblos originarios.

Ejemplo de lo anterior son: a) La mega crisis sanitaria-ambiental generada por la introducción del virus de la Anemia Infecciosa del Salmón (ISA) en el archipiélago de Chiloé y Aysén entre el 2007 y 2009, que superó los 5.000 millones de dólares en pérdidas y eliminó 26.000 empleos regionales, debiendo el Estado realizar un salvataje financiero por 450 millones de dólares; y b) La crisis sanitaria, ambiental y social provocada el 2016 por sucesivas floraciones de algas tóxicas y nocivas, consecuencia de los altos niveles de contaminación orgánica existente en las costas donde opera esta industria, la cual provocó la muerte de 23 millones de salmones, el despido de 10 mil trabajadores, y el vertimiento ilegal de 5 mil toneladas de peces muertos, las que contaminaron los recursos marinos bentónicos de Chiloé.

A las abusivas situaciones anteriores se unen la entrega de bienes nacionales (concesiones costeras gratuitas) y de millonarios subsidios del Estado, a esta industria que el 2018 exportó 5.000 millones de dólares, para que continúe con su destructiva expansión territorial en áreas de los pueblos Mapuche, comunidades costeras de Chiloé y de los pueblos Kawésqar y Yagán en Magallanes, Patagonia chilena.

Las organizaciones sociales, comunidades costeras y de pueblos originarios abajo firmantes, hacemos un llamado a los ciudadanos, ciudadanas, consumidores y chefs a:

    1. No consumir salmón químico proveniente de criaderos industriales, por el riesgo que implica para los derechos y la salud de los consumidores, sus familias y el medio ambiente acuático.
    2. Privilegiar el consumo informado y responsable de pescado y productos marinos de origen artesanal, capturados con artes de pesca selectivos y de manera sustentable.
    3. Eliminar el salmón químico industrial de los menús de restaurantes y sushi bar. En este sentido apoyamos la campaña que realizan los principales chefs de la República Argentina.
    4. Prohibir la expansión territorial de los contaminantes monocultivos industriales de salmones y truchas en los ríos, lagos, fiordos y áreas marino-costeras del sur de Chile y Argentina.
    5. Entregar información pública de parte del Estado y empresas salmoneras a los consumidores y organizaciones sociales sobre el empleo masivo de antibióticos y antiparasitarios en la producción salmonera.
    6. Solicitar una investigación a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) sobre los estándares de higiene y seguridad y derechos laborales de los trabajadores y trabajadoras en los centros de cultivo, plantas procesadoras y sistemas de transporte marítimo y terrestre, con especial atención a la situación de los buzos de los centros de cultivo intensivo.

Organizaciones Adherentes:

  • Asociación Arte Crea, La Unión, Región de Los Ríos
  • Agrupación Ciudadana Última Esperanza (UCUE), Región de Magallanes
  • Agrupación Defendamos Chiloé, Región de Los Lagos
  • Asociación de Comunidades Indígenas de Puerto Aguirre
  • Asociación de Yoga, Salud y Cultura patagOM-A – Puerto Natales, Región de Magallanes
  • Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI)
  • Centro de Conservación Cetácea (CCC)
  • Centro Ecocéanos
  • Colectiv@ Chonke Mapu de Chiloé
  • Colectivo Corral Sin Puerto Industrial, Región de Los Ríos
  • Comité de Defensa del Borde Costero de Cobquecura
  • Comunidad Indígena Yagan de Bahía Mejillones, Isla Navarino, Puerto Williams
  • Comunidad Mapuche Pepiukelen de Pargua, Región de Los Lagos
  • Comunidad Mapuche Williche Pu Wapi de Melinka
  • Comunidad Kawésqar Aswal Lajep
  • Comunidad Kawésqar ATÁP
  • Comunidad Kawésqar Grupos Familiares Nomades Del Mar
  • Cooperativa Conciencia y Desarrollo (CoyDe), Región de Los Ríos
  • Cooperativa Semilla Austral, Región de Los Ríos
  • Coordinadora Ambiental El Bosque - San Bernardo, Región Metropolitana
  • Coordinadora Penco - Liquen, Región del Biobío
  • Federación de Pescadores Artesanales de Corral, Región de Los Ríos
  • Fundación Educación Popular en Salud (EPES)
  • Fundación Equidad Chile
  • Junta Vecinal N.º 30 Dumestre, Puerto Natales, Región de Magallanes
  • Movimiento por el Agua y los Territorios
  • Movimiento Salud para Todos/as
  • Observatorio Latinoamericano de Conflictos Medioambientales (OLCA)
  • Organización Suelos Vivos, La Unión, Región de Los Ríos
  • Red de Acción en Plaguicidas RAP-Chile
  • Red de Defensa de Los Territorios, Los Ríos

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