Culpando a una supuesta plaga de lobos marinos que “hieren gravemente y amenazan la vida de los pescadores durante sus faenas”, y ponen en peligro el desarrollo y la gestión alimentaria del país, la Cámara de Diputados visó un proyecto de resolución para que el Ministerio de Economía declare emergencia pesquera para permitir la populista entrega de bonos compensatorios y subsidios indemnizatorios a organizaciones de la región de Los Lagos.
Valparaíso, 29 de abril de 2024. (Ecoceanos News).– En el contexto preelectoral y de las actuales negociaciones parlamentarias para reemplazar la corrupta «Ley Longueira», N°20.657 de Pesca y Acuicultura, la Cámara de Diputados aprobó por amplia mayoría un proyecto de resolución para que el Ministerio de Economía declare “emergencia pesquera” debido a una supuesta “plaga de lobos marinos”. El objetivo de esta iniciativa política sería “dar apoyo y protección a la integridad física y socioeconómica de los pescadores artesanales (sic)”, quienes son “afectados permanentes por ataques de lobos marinos”.
Los conflictos entre las operaciones de los pescadores artesanales y los ejemplares de lobos marinos comunes (Otaria flavescens) son una realidad existente desde hace décadas en nuestro maritorio, donde estas flotas pesqueras, comunidades costeras y mamíferos marinos se disputan los cada vez los más escasos peces de un mar chileno sobreexplotado y fraudulentamente privatizado.
Como mecanismo para solucionar este histórico y complejo problema nacional, diez diputados liderados por Mauro González -abogado, exseremi del Trabajo, y actual legislador de Renovación Nacional por la región de Los Lagos-, lideran la petición de entrega de bonos de compensación económica para los pescadores, pero solo para la región que representa González, junto a un adicional subsidio laboral para quienes “hayan sido gravemente heridos por lobos marinos durante sus faenas”.
Tras la aprobación del proyecto de resolución N°1065 por 115 votos a favor, 15 abstenciones y 1 voto en contra, González indicó que “este es un problema de larga data que afecta el normal desarrollo de la pesca artesanal. y que pone en riesgo no solo la vida de quienes se dedican a ella, sino que el desarrollo y gestión alimentaria del país”. El diputado señala que la medida propuesta es esencial para “proteger la integridad física y socioeconómica de los trabajadores del mar, quienes enfrentan riesgos diarios debido a esta problemática”.
El diputado González organizó en agosto del 2023 en Puerto Montt, capital de la industria salmonera, un conversatorio denominado “Lobos marinos: problemas, propuestas y desafíos de la pesca artesanal”, donde participaron representantes de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) y el empresariado salmonero a través del Instituto Tecnológico del Salmón (INTESAL).
Entre las acciones propuestas en este conversatorio destacó el ”poner el tema sobre la mesa en la Embajada de Estados Unidos respecto de la normativa de resguardo de fauna marina silvestre”, con lo cual los participantes buscaban anticiparse al hecho que en enero del 2024 entraría en vigencia en Chile el Acta de Protección de Mamíferos Marinos de los Estados Unidos -pospuesto hasta el 2026-, el que condicionaba potencialmente las exportaciones de pescado y de salmón de cultivo hacia su principal mercado de destino.
Según el Centro Ecoceanos, “los conflictos derivados de las interacciones entre las flotas pesqueras artesanales y los lobos marinos comunes son tan sólo el síntoma de una enfermedad cuyas causas de fondo radican en décadas de insustentables e inequitativas políticas extractivistas-exportadoras, el fracaso de la proempresarial institucionalidad, la opaca y tecnocrática administración pesquera gubernamental, y la corrupción política, administrativa y empresarial, asociada al poder fáctico de las patronales Corpesca, Sonapesca, Asipes y Fipes”.
Para la organización ciudadana lo que realmente amenaza a la pesca artesanal de pequeña escala es la viciada privatización pesquera unida a la existencia de una inequitativa distribución de las cuotas de pesca, y gran concentración económica; la actual sobreexplotación y el colapso de las pesquerías comerciales; la destructiva pesca de arrastre y las “perforaciones” de las flotas industriales en las áreas costeras; la pesca ilegal y la ocupación de los territorios costeros por mega proyectos mineros, forestales, inmobiliarios, de energía y de acuicultura industrial.
Según Juan Carlos Cárdenas, director del Centro Ecoceanos, “periódicamente políticos populistas, algunos dirigentes de la pesca artesanal y operadores de la industria pesquera y salmonera inician campañas mediáticas culpando a los lobos marinos de ser una “plaga” que depredan las pesquerías, generan la pobreza en las comunidades costeras, y constituyen una amenaza para el desarrollo regional y la economía exportadora del país”.
Para el médico veterinario “es llamativo que los diputados y dirigentes pesqueros no manifiesten igual urgencia frente a la destructiva plaga de miles de salmones Atlántico -especie carnívora introducida en aguas chilenas-, los que escapan anualmente y devastan las poblaciones de peces nativos y endémicos -muchos de ellos parte de las pesquerías artesanales-, en las principales regiones pesqueras del sur de Chile”.
“Esta iniciativa es sólo un oportunista mecanismo de presión y de negociación frente a los funcionarios gubernamentales para obtener recursos del Estado o prebendas transitorias, evitando apuntar a la solución real del problema a nivel nacional. Nada dicen sobre los impactos sociales que generan sobre los pescadores de pequeña escala el hecho que un 53% de las principales pesquerías chilenas se encuentran sobreexplotadas y colapsadas, mientras las operaciones de pesca y comercialización ilegal triplican el volumen de las capturas pesqueras legales”.
El Centro Ecoceanos indicó que los pescadores de pequeña escala, las comunidades costeras y los lobos marinos comunes son los actores “disfuncionales” del actual modelo neoliberal extractivista-exportador, que los despoja de sus peces/presas, contamina y destruye sus ecosistemas, arrinconándolos en cada vez más en reducidas zonas costeras.
Consecuencia de la sobreexplotación pesquera, es común ver en la actualidad a ejemplares de lobos marinos comunes deambulando en busca de comida por las playas, caletas, mercados locales e incluso en las carreteras costeras de Valdivia, Talcahuano, San Antonio, Valparaíso, Coquimbo, Antofagasta e Iquique, mientras en paralelo los pescadores de pequeña escala son cada vez más dependiente de los grandes conglomerados pesqueros y salmoneros industriales, cadenas del retail, diversos acreedores y de la burocracia estatal.