La resolución del juicio es contundente al señalar que en los tres casos presentados se evidencia ecocidio y terricidio, debido a la devastación de los cuerpos y los territorios, por lo que resulta urgente la necesidad de realizar un ejercicio de autodeterminación, control territorial y una incidencia en el ámbito institucional como medidas prioritarias.
Chiloé de Chile, 28 de enero, 2025 (Ecoceanos News).- El segundo Juicio Ético Feminista por la Justicia Climática, organizado por la Asamblea de Mujeres y Disidencias del Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT), se llevó a cabo el viernes 24 de enero en la Escuela Popular Campesina de Curaco y Vélez, Chiloé. Durante el encuentro, el Centro Ecoceanos realizó una presentación sobre los diversos y acumulativos impactos ambientales, sanitarios, laborales y socioculturales que genera la megaindustria de cultivo intensivo de salmónidos, haciendo hincapié en la vulneración de los derechos de las mujeres y de las niñeces en el archipiélago.
A su vez, la Asamblea de Mujeres Insulares por el Agua abordó la crítica situación de la crisis hídrica regional, mientras que Clementina Lepío Melipichun, Lonko de la Comunidad Huilliche Fundo Alto de Gamboa en Castro, Chiloé, expuso sobre los severos daños que están generando los proyectos eólicos a las comunidades y la naturaleza.
En entrevista con Ecoceanos, Francisca Fernández Droguett, integrante del MAT y de la Escuela Popular Campesina de Curaco de Vélez, destacó que los juicios recogen la experiencia histórica de los movimientos sociales del pueblo de Abya Yala, que han ejercido formas de justicia colectiva, comunitaria y restaurativa; y en esta ocasión se centró en visibilizar las problemáticas socioambientales que enfrenta el archipiélago de Chiloé.
Durante el juicio ético se revisó en primer lugar los impactos que generan la mega industria salmoneras en la salud pública, medio ambiente y los derechos de las y los trabajadores y sus familias. En segundo lugar, se abordó la crisis hídrica, donde se destacó la alarmante dependencia de muchos grupos familiares del archipiélago de Chiloé del abastecimiento de agua mediante camiones aljibes, situación directamente relacionada con la acumulativa degradación ambiental que han provocado las destructivas políticas extractivistas. El proceso finalizó con la discusión sobre las falsas soluciones a la crisis, analizando los graves daños que provocan los complejos eólicos en las turberas, cuerpos de agua claves para los ecosistemas de Chiloé.
Salmonicultura en Chile: Un enclave colonial exportador que sacrifica territorios y comunidades
Durante la presentación, Isabel Díaz Medina, periodista del Centro Ecoceanos, destacó que la salmonicultura industrial en el sur de Chile opera como un enclave productivo-exportador de carácter colonial, afectando tanto a los territorios y comunidades locales que intervienen, y los bienes comunes locales que se apropia. Esta megaindustria exportadora posee una alta presencia de capitales tanto transnacionales como de grupos familiares empresariales nacionales, presenta indicadores ambientales, sanitarios, laborales y de derechos humanos que están bajo los estándares internacionales, como lo han señalado diversos informes especializados.
En la presentación se destacó que las operaciones de los monocultivos industriales de salmones han deteriorado durante los últimos cuarenta años el patrimonio sanitario y ambiental de Chiloé, convirtiendo a las zonas costeras insulares en “zonas de sacrificio”, donde las mujeres y las niñeces han sido perjudicadas. En este ámbito destaca la vulneración de las normas de protección a la maternidad, tal como la pérdida y/o compras del fuero maternal, las negativas a otorgar permisos a las trabajadoras para asistir controles médicos, y la falta de tiempo para amamantar.
Además, se evidenció que las modalidades laborales de esta industria transnacional, a través del sistema de largos turnos rotativos y nocturnos alteran las dinámicas familiares fomentando la delegación de los cuidados de hijos e hijas a terceros en condiciones inadecuadas, vulnerando los derechos de la infancia.
A esta situación se suma la existencia de una cultura patriarcal que le asigna a las mujeres la responsabilidad exclusiva de los cuidados y de la crianza, en un contexto donde muchas trabajadoras del sector son madres solteras y jefas de hogar.
El caso de Katherine Pérez: Símbolo de la violación de los derechos laborales
Durante la presentación se destacó el trágico caso de Katheryn Pérez, una joven buzo de 30 años, que falleció en 2022 mientras trabajaba de manera precaria sin los equipos adecuados para una empresa subcontratista, que había sido contratada por la salmonera noruega-estadounidense Nova Austral. El centro de cultivo donde trabajaba Katheryn, operaba al interior del Parque Nacional Alberto De Agostini, lo cual evidencia la existencia de un verdadero “far west salmonero” austral. Su muerte, a la cual se sumó los accidentes por mala descompresión de los dos buzos no certificados para operar a esa profundidad que bajaron a recuperar el cuerpo de la buza que se encontraba a 60 mts de profundidad, subraya las alarmantes condiciones en las que operan los servicios de subcontratistas de buceo en la salmonicultura chilena, caracterizados por estar externalizados, desregulados y con una precaria regulación y fiscalización estatal. Katheryn Pérez dejo huérfana a una niña de tres años.
La presentación de Ecoceanos finalizó señalando que en un contexto de deficientes condiciones de higiene y seguridad laboral, así como de casos de explotación y trabajo forzoso, Chile registra las tasas más altas de accidentabilidad y mortalidad laboral a nivel de la mega industria salmonera mundial, con 83 fallecimientos de trabajadores y trabajadoras entre 2013 y 2024.
Propuestas para la acción
Ecoceanos presentó seis propuestas para la acción ante los y las participantes del juicio ético, entre las que destacan la implementación de las recomendaciones realizadas el 2024 por el Relator Especial de las Naciones Unidas al gobierno chileno, relacionada con el establecimiento de una moratoria a la expansión territorial y productiva de esta megaindustria exportadora. Esta propuesta se realizó en el contexto que las patronales salmoneras han anunciado su intento de duplicar la actual producción de salmónidos para alcanzar los 2 millones de toneladas anuales para en las regiones de la Patagonia chilena. Asimismo, se propuso la realización de una campaña internacional de denuncia por parte de las organizaciones socioambientales y de consumidores/as para detener la actual campaña de amedrentamiento parlamentario que intenta criminalizar y silenciar a los y las defensoras ambientales, de los derechos de los pueblos originarios y de derechos humanos, promovida por los sectores empresariales encabezados por la industria salmonera, en alianza con una bancada parlamentaria transversal y sectores de ultraderecha.
La industria salmonera intenta limitar el debate público para moldear la cultura y el comportamiento social
En entrevista con Ecoceanos, Cristina Carrasco Bengoa, economista feminista y de la Escuela Popular Campesina de Curaco de Vélez, afirmó que en el juicio se expusieron datos contundentes, con información completa e interesante, que evidencian el incumplimiento de normativas por parte de las empresas salmoneras, así como la recurrente ocurrencia de accidentes laborales.
Argumentó que existe un pacto tácito entre amplios sectores de la población de no consumir salmón, lo que refleja una creciente preocupación por las prácticas de la industria. Sin embargo, el enfrentamiento entre gobiernos y grandes corporaciones parece ser un desafío constante, dado el crecimiento desmedido del poder económico y la consiguiente ampliación de las desigualdades sociales. Esta concentración de capital dificulta la resistencia de las comunidades afectadas, advirtió.
Además, la economista señaló que las grandes corporaciones han adquirido una influencia notable sobre los medios de comunicación, no por la rentabilidad que esto podría generar, sino por su capacidad para moldear la cultura, la ideología y el comportamiento social. Este control mediático les permite gestionar la percepción pública y limitar el debate crítico. En este contexto, “la posibilidad de forjar alianzas de resistencia se vuelve cada vez más complicada”.
Cristina Carrasco precisó que la industria ha utilizado una estrategia histórica del capitalismo de cooptar a las dirigencias, aunque no está segura de la efectividad de esta táctica en la actualidad, lo que sí es evidente es que el miedo juega un papel crucial en esta dinámica. “En Chile, las y los trabajadores enfrentan la constante amenaza de perder su salario, su empleo y el peso de las deudas, lo que limita su capacidad de acción y respuesta ante las injusticias del sistema capitalista”.
Crisis hídrica en Chiloé: Una lucha de las mujeres insulares por el agua
Marcela Ramos, representante de la Asamblea de Mujeres Insulares por el Agua de Chiloé, subrayó que la crisis hídrica que atraviesa el archipiélago impacta de manera particular a las mujeres. Según la dirigenta, la expansión de proyectos extractivistas, que incluyen salmoneras, industrias energéticas y parcelaciones, está comprometiendo el acceso al agua, un derecho humano fundamental; destruye los ecosistemas, fragmenta el territorio y limita la capacidad de la naturaleza para renovarse adecuadamente.
La situación se complica aún más debido al poder económico que poseen las salmoneras y otras industrias, lo que se traduce en una considerable influencia política. Esto, a su vez, crea un ambiente en el que las comunidades se ven presionadas a oponerse a la lucha por el medio ambiente. Este modelo económico impuesto no solo afecta la salud física de la población, sino que también impacta negativamente en su bienestar mental, generando preocupación constante por la destrucción del entorno, la pérdida de biodiversidad y la contaminación de las aguas.
Marcela Ramos aseguró a Ecoceanos que, por ejemplo, para producir un kilo de salmón se requieren 2.500 litros de agua. Con una producción anual que alcanza un millón de toneladas, la huella hídrica de esta industria es abrumadora y difícil de conceptualizar. Ante este panorama, la activista enfatiza la importancia de la educación y la reflexión colectiva. “Es esencial que la comunidad esté alerta ante nuevos proyectos, y que se generen espacios de diálogo donde se escuchen diversas voces. No podemos permitir que solo un lado de la moneda sea visible. Necesitamos que la comunidad esté informada y que no surja la frase ‘nadie nos dijo'», concluyó.
Complejos eólicos en Chiloé: Un llamado a la defensa del territorio
Clementina Lepío Melipichún, lonko de la Comunidad Huilliche Alto del Fundo Gamboa, y secretaria general del Consejo de Caciques Huilliche de Chiloé, expresó a Ecoceanos su profunda preocupación por la situación actual de la isla. Según Lepío, Chiloé se ha convertido en un territorio marcado por el extractivismo en todas sus formas, desde la industria del salmón, que contamina sus mares, hasta el reciente avance del extractivismo energético que busca establecerse en la cordillera del Piuchén, donde se encuentran las reservas de agua dulce de la isla grande.
“Es crucial visibilizar la vulneración de nuestros derechos humanos y la dignidad de quienes habitamos este territorio. Exigimos que el Estado respete el Convenio 169 de la OIT y la ley indígena”, subrayó. Además, hizo hincapié en que la Ley Lafkenche, que protege los derechos de las comunidades costeras, se encuentra amenazada por acciones impulsadas tanto por el Estado como por la industria salmonera, que continúa avanzando agresivamente sobre sus comunidades y su entorno.
“Es fundamental que esta situación se haga pública. Debemos unirnos en la defensa de nuestro territorio”, concluyó la lonko, destacando la importancia de la solidaridad y la resistencia ante estas amenazas.
Como parte del tribunal, Francisca Fernández Droguett afirmó que la resolución del juicio es contundente al señalar que en los tres casos presentados se evidencia ecocidio y terricidio, debido a la devastación de los cuerpos y los territorios. Ante esto, se destaca la urgente necesidad de realizar un ejercicio de autodeterminación, control territorial y una incidencia en el ámbito institucional como medidas prioritarias.
El segundo Juicio Ético Feminista por la Justicia Climática se realizó en el contexto de las VIII Jornadas Culturales en la Escuela de Curaco de Vélez, con un fuerte énfasis en la manera de abordar la salud intercultural de los pueblos, que contó con la participación de diversas organizaciones y colectivos de distintos territorios de Chiloé y del país.