Investigadores europeos han revelado que los cambios climáticos dificultan el acceso a la alimentación a los lobos marinos. Uno de los efectos es que las hembras de la especie nacen con un peso menor al de hace dos décadas.
FUENTE: http://www.diarioinedito.com/Nota/22295
julio de 2015
Un estudio publicado en la revista Nature señala las dificultades que deben afrontar algunas especies animales marinas como los lobos de mar. Este mamífero se encuentra en una situación crítica debido a los cambios en disponibilidad de alimentos, a raíz de las modificaciones en las condiciones climáticas.
Si bien se creía que las generaciones de este animal se irían adaptando a la nueva situación, no parece haber sido el caso y ha provocado la muerte de muchos ejemplares. Además, los autores de la investigación señalan que otras especies y sistemas biológicos del mundo sufrirán los graves efectos del cambio climático.
Los científicos descubrieron que las hembras que pudieron dar a la luz a crías eran heterocigotas, lo que significa que cuentan con un mayor nivel de variación genética, lo cual está relacionado con un mejor estado físico. Sin embargo, pese a que estas hembras pueden sobrevivir y reproducir, las crías no siempre son heterocigotas ya que no es una característica hereditaria. Esto depende de con qué clase de macho se aparea. Pero lamentablemente esto tiene mucho de azar por lo cual una gran cantidad de lobos marinos que nacen no son heterocigotos y, por lo tanto, menos hábiles para enfrentar los cambios del entorno.
“Hemos encontrado que, en las últimas dos décadas, la proporción de hembras reproductoras que son altamente heterocigotas se ha incrementado, ya que estos individuos tienen más probabilidades de sobrevivir a las condiciones cambiantes. Una selección fuerte por el medio ambiente puede impulsar una rápida evolución. Sin embargo, en este caso los lobos marinos no parecen estar evolucionando porque las hembras que sobreviven no pasan su alta heterocigocidad a su descendencia”, señala Joe Hoffman, científico de la Universidad de Bielefeld.
“Por lo tanto, con cada nueva generación, el proceso de selección tiene que empezar de nuevo, con sólo los individuos que nacen heterocigotos teniendo una buena oportunidad de sobrevivir. A medida que el clima sigue cambiando, muchas crías de esta especie no sobreviven hasta la edad adulta y la población está en declive”, subraya Hoffman.
Otro trabajo, desarrollado por el equipo del British Antarctic Survey, ofrece una forma de enfrentar este desafío que tienen los animales para poder alimentarse. “En comparación con hace 20 años, podemos ver que el lobo marino hembra nace ahora con un peso inferior y las que sobreviven y se reproducen tienden a ser las más grandes y tienen su primer cachorro más tarde de lo habitual durante su vida. Estas alteraciones normalmente se relacionan con el estrés por los alimentos”, sostiene el investigador Jaume Forcada, del equipo británico.
El alimento principal del lobo marino es el krill. Respecto de lo que sucede con este crustáceo Forcada explica que “décadas de datos recogidos en Georgia del Sur muestran cómo se han producido cambios en la población de lobos marinos a lo largo del tiempo en función de las alteraciones en la disponibilidad de krill”.
Aunque haya buena cantidad de krill, las variaciones ambientales provocan que haya o no disponibilidad en las zonas donde se alimentan los lobos marinos. “Esta variación ambiental es impulsada por el clima, que impacta en la atmósfera local, el hielo marino y las condiciones oceanográficas. Las condiciones climáticas adversas están típicamente asociadas con la baja disponibilidad de krill y reducen la supervivencia y el éxito reproductivo de los lobos marinos”, señala el científico.