Recientemente se conoció que la Subsecretaría de Pesca decretó la veda de extracción de la macha triangular (Mesodesma donacium) en la Región de Los Lagos por un período de 10 años (D.E 971 del 23 de diciembre de 2014). Indudablemente, se trata de una medida drástica en lo económico y social pero totalmente necesaria con el objetivo de lograr una recuperación de los bancos naturales de varias playas de la X región, tales como El Pangal en Maullín, Mar Brava en Ancud y Cucao en la costa oeste de la Isla Grande de Chiloé. Todos estos bancos fueron prácticamente diezmados por la extracción de los buzos hooka que se fueron desplazando de banco en banco hasta agotar las poblaciones ubicadas en el intermareal arenoso, generalmente debajo de las zonas de fuertes rompientes de las extensas playas expuestas a los vientos del sur-oeste.
Cabe mencionar que la explotación de las machas triangular, que se distribuye geográficamente desde la Bahía Sechura en el norte de la costa peruana hasta la playa Inio en el sur de la Isla de Chiloé, data desde los tiempos precolombinos como se ha sido demostrado en los numerosos estudio de conchales dejados por los asentamiento de los grupos humanos costeros que recurrían a este recurso y otros, tales como el choro zapato y ostiones, como alimentos de consumo directo. La técnica tradicional de extracción fue el “taloneo” que consiste en ingresar caminado desde la playa hacia la zona de rompientes hasta encontrar el banco, usando los pies para detectar la presencia de las machas en la arena; una vez ubicado el banco, el machero realiza una excavación circular en la arena usando su talón para desprender las machas desde la arena y poder recogerla de a una con las manos. Esta técnica ancestral, involucra necesariamente una limitación en cuanto a la cantidad de machas extraídas (aproximadamente 500 machas/hombre/día) dado que el tiempo de trabajo está limitado por el período de 2-3 horas de las bajas mareas diarias. Sin embargo, esta limitación en cuanto al tiempo efectivo de extracción, aseguraba que los bancos nunca serían agotados. Con la introducción del buzo-hooka en la explotación de este recurso y otros bivalvos enterradores, se produjo un significativo y notorio aumento en el tiempo de trabajo, dado que el trabajo del buzo-hooka es independiente del período de bajas mareas y por lo tanto en la cantidad de machas extraídas no depende del ciclo mareal. En algunos casos, la extracción alcanzó hasta 1.500 kg/bote/2 buzo/día.
Esta veda extractiva fue recomendada por el Comité Científico-Técnico respectivo, considerando el crítico estado del recurso, a pesar que anteriormente se habían realizado varios estudios sobre las bases biológicas para la administración del recurso macha en la X región, tendientes a buscar alternativas de co-manejo para controlar la explotación y asegurar una extracción sustentable en el tiempo. Es de esperar que esta veda sea respetada por los buzos-hooka para dar la posibilidad que los procesos biológicos y ambientales naturales que modulan el reclutamiento en las poblaciones de machas sean exitosos y se recuperen las biomasas explotables, según los criterios de una extracción sustentable.
Esta medida de administración pesquera tomada por la Subsecretaría de Pesca está en la dirección correcta para recuperar la pesquería de la macha triangular, de gran importancia en la pesca artesanal de recursos bentónicos, y tal vez se podría extender a otras regiones (IV y VIII) donde los bancos naturales este recurso también están en estado crítico de permanencia.
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Por: Eduardo Tarifeño
Enero de 2016