Las trabajadores denuncian «violaciones a los derechos de las mujeres, falta de salas-cunas y guarderías, así como las negociaciones del fuero maternal, todo lo cual se incrementa en las situaciones de despidos masivos post- crisis sanitarias, ambientales y financieras de la industria del salmón».
DECLARACIÓN DE FEDERACIÓN DE TRABAJADORAS/ES DE LA INDUSTRIA DEL SALMÓN DE CHILOÉ
POR UN 8 DE MARZO DE UNIDAD Y LUCHA POR LA DEFENSA DE NUESTROS DERECHOS
Cada 8 de marzo se conmemora a nivel mundial la lucha que dieron más de un centenar de trabajadoras que murieron calcinadas en una fábrica textil de Nueva York, Estados Unidos, en 1911, las cuales reclamaban contra las miserables condiciones laborales.
La lucha continúa en la actualidad exigiendo igualdad de derechos entre hombres y mujeres, trabajo digno, salario justo y sin discriminación remuneracional, y una vida libre de violencia ni acoso laboral.
Salir a la calle este 8 de marzo a manifestarnos como trabajadoras de la industria del salmón tiene más sentido que nunca, ya que nos encontramos enfrentadas a una creciente situación de precariedad y abuso laboral y violencia diaria en casi todos los espacios de la vida. Es vital que las mujeres actuemos unidas y movilizadas para avanzar en la construcción de una sociedad de derechos basada en la igualdad y justicia social.
En la actualidad, las trabajadoras y trabajadores del salmón vivimos un nuevo ciclo de precarización y desregulación laboral. Además existen crecientes niveles de mortalidad y accidentabilidad. En el período 2016-2018 han ocurrido los mayores despidos de trabajadores y trabajadoras, al reducirse “ por necesidades de la empresa” un 12,7% de los puestos de trabajo. Ello significó una disminución desde los 71.178 trabajadores existentes el 2015, a 61.632 trabajadores el 2018. Esto ocurre en momentos de plena expansión territorial y productiva de la industria, y de las mayores ganancias históricas, las cuales superaron los 5.100 millones de dólares el 2018.
Al igual que hace una década, seguimos trabajando “a destajo”, incentivado por los bonos de producción, con los cuales intentamos aumentar nuestros escuálidos salarios mínimos. El alto nivel de subcontrataciones se encuentra asociada a condiciones de trabajo precarias, trato discriminatorio, y malas condiciones de higiene y seguridad, dado el alto empleo de antibióticos, antiparasitarios, desinfectantes, biocidas, antifúngicos, y pinturas antifouling basada en metales pesados.
El actual sistema incentiva la auto-explotaciòn y el sobre-esfuerzo laboral, por lo cual presentamos una alta prevalencia de enfermedades invalidantes músculo-esqueléticas asociadas a extensas jornadas de trabajo, efectuando actividades manuales repetitivas, bajo condiciones de alta humedad y bajas temperaturas. Esto ocurre en un contexto de la carencia de seguros de invalidez para las y los trabajadores.
A lo anterior se suman las violaciones a los derechos de las mujeres, falta de salas-cunas y guarderías, así como las negociaciones del fuero maternal, todo lo cual se incrementa en las situaciones de despidos masivos post- crisis sanitarias, ambientales y financieras de la industria del salmón
En esta situación de precariedad laboral y abuso de los derechos de trabajadores y trabajadoras llama la atención el papel de las compañías transnacionales noruegas, japonesas, alemanas y canadienses que aplican dobles estándares laborales, ambientales y sanitarios en nuestro país, no respetando las Directrices para Multinacionales de la OCDE.
En el nuevo contexto político, social y cultural que vive nuestro país y Latinoamérica, hacemos un llamado a fortalecer las alianzas multisectoriales y la participación informada de las trabajadoras para generar un amplio proceso de movilización social, exigiendo respeto a los derechos humanos, transparencia y participación informada.
Sólo la construcción de un amplio movimiento social y cultural que involucre a los trabajadores y trabajadoras, ciudadanía organizada, y comunidades costeras podrá construir nuevas alternativas y propuestas para avanzar hacia:
– Un trabajo digno, estable y seguro para todas y todos.
– Un nuevo sistema de seguridad social y de salud.
– Derecho constitucional a una vivienda digna.
– Fin a la violencia política, sexual y económica hacia las mujeres trabajadoras.
– No más femicidios en la impunidad.
– Nueva ley de migración con enfoque de derechos y género.
– Educación como un derecho social democrático, laico y no sexista.
¡Sólo la lucha y organización nos dará lo que la ley nos niega!
Firman
Federación de Sindicatos de Trabajadores del Salmón de Quellón y Confederación Nacional de Trabajadores del Salmón, “Conatrasal”