Desde Chile, el Centro de Conservación Cetacea, Ecoceanos, el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales y el Movimiento por el Agua y los Territorios nos mantenemos activos en la campaña internacional por la libertad de Paul Watson, y al llamado a los y las defensoras del medio ambiente y los derechos humanos a redoblar sus esfuerzos para impedir su extradición a Japón, y no permitir que la flota cazadora industrial nipona vuelva a devastar el océano Austral y la Antártica.
Santiago de Chile, 28 de octubre de 2024 (Centro de Conservación Cetacea/Ecoceanos).- La detención de Paul Watson en Groenlandia ha desatado un intenso debate sobre las implicancias políticas de su encarcelamiento. Watson ha estado tras las rejas durante más de cuatro meses desde su arresto el 21 de julio cuando hizo una escala en Nuuk para repostar su barco, el John Paul DeJoria, mientras se dirigía a evitar la caza de ballenas de aleta por parte de la flota japonesa. La ballena de aleta, el segundo mamífero marino más grande del planeta después de la ballena azul y se encuentra protegida a nivel global, lo que intensifica la controversia en torno a su detención.
El pasado 23 de octubre, el Tribunal de Nuuk, capital del territorio autónomo danés, decidió que el activista de 73 años deberá permanecer en prisión al menos hasta el 13 de noviembre. El Ministerio de Justicia danés justificó esta decisión como parte del estudio continuo de la solicitud de extradición presentada por Japón.
Durante la audiencia, la fiscal Mariam Khalil emitió una polémica declaración al comparar el lanzamiento de una bolsa con mantequilla rancia, ocurrido en 2010 en el Santuario de Ballenas del Océano Austral por parte de la tripulación de Sea Shepherd, con un ataque armado. Intentando respaldar su argumento, Khalil citó un incidente local ocurrido en 2017, cuando un adolescente disparó municiones reales hacia personas que se encontraban en un edifico, sugiriendo inexplicablemente que el lanzamiento de una bolsa fétida es igualmente peligroso.
El contraste entre ambas situaciones y la conducta de la fiscal han sido duramente cuestionados, ya que el equipo legal de Watson sostiene que no hubo daño alguno, argumentando que el artefacto lanzado jamás llegó a impactar la embarcación ballenera japonesa. A pesar de que la defensa cuenta con evidencias en video que demuestran la falsedad de las acusaciones japonesas, la fiscal se ha negado a considerar estas pruebas, lo que refuerza la percepción de que la detención de Watson tiene motivaciones políticas más que legales.
La situación de Watson tiene un fuerte trasfondo político. La orden de arresto japonesa fue emitida en secreto, sugiriendo un intento deliberado de atrapar al activista en Groenlandia. Así, con la complicidad del sistema judicial danés, Watson ha sido mantenido en prisión bajo condiciones restrictivas, que incluyen la prohibición de realizar llamadas telefónicas diarias y limitaciones severas en su comunicación con la familia, reducida a solo 10 minutos a la semana.
En respuesta a su grave situación, el 16 de octubre, Watson solicitó asilo político a Francia mediante una carta dirigida a Emmanuel Macron. A pesar de que él y su familia han residido en el país por dos años, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, señaló que los procedimientos requieren que el solicitante esté en suelo francés. Sin embargo, su equipo legal está considerando solicitar la nacionalidad francesa para facilitar su proceso de asilo.
El apoyo hacia Watson crece con fuerza tanto en Francia como a nivel internacional. Recientemente, fue nombrado ciudadano honorario de París, mientras que personalidades destacadas como el director de cine James Cameron y la reconocida primatóloga Jane Goodall han alzado sus voces pidiendo su liberación. Manifestaciones en respaldo a Watson se han extendido por todo el mundo, incluyendo protestas frente a la Embajada danesa en Bruselas por parte de miembros del Parlamento.
Desde la Isla de Chiloé, al sur de Chile, Elsa Cabrera, directora del Centro de Conservación Cetacea, expresó que “es increíble que Dinamarca, reconocida mundialmente por su ejemplar sistema de justicia, esté degradando precisamente este sistema para satisfacer el deseo de venganza de Japón hacia quienes se han opuesto a sus ilegales operaciones balleneras. Hacemos un llamado urgente al gobierno de Francia para que otorgue la ciudadanía a Paul Watson y le brinde asilo político a quien ha arriesgado su vida, y ahora su libertad, en la defensa de la aplicación del derecho ambiental internacional, que incluye la moratoria global sobre la caza comercial de ballenas y la protección de estos cetáceos en el Santuario del Océano Austral”.
Juan Carlos Cárdenas, director del Centro Ecoceanos en Chile, señaló que “al igual que la persecución que sufrió Julian Assange -periodista australiano y activista fundador de WikiLeaks sometido a persecución judicial por el gobierno de Estados Unidos entre el 2010 y 2024 por evidenciar las masacres de su ejército en Irak-, donde en ese caso el gobierno sueco actuó como cómplice al solicitar la intervención de Interpol para su detención, el cruel caso de Paul Watson evidencia nuevamente el abuso del sistema legal de parte de sus hipócritas carceleros (Dinamarca) y crueles acusadores que continúan violando la moratoria internacional que prohíbe la caza comercial de ballenas”.
Ecoceanos hizo un llamado a la ciudadanía y a los y las defensoras del medio ambiente y los derechos humanos a redoblar sus esfuerzos para impedir la extradición de Paul Watson a Japón, y no permitir que la flota cazadora industrial nipona vuelva a devastar el océano Austral y la Antártica.